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HECHOS - En La Procesión Triunfal De Cristo
Estudios sobre los Hechos de los Apóstoles
PARTE 2 - Informes Sobre La Predicación Entre Los Gentiles Y La Fundación De Iglesias Desde Antioquía Hasta Roma - A Través Del Ministerio De Pablo, El Apóstol Comisionado Por El Espíritu Santo (Hechos 13 - 28)
C - El Segundo Viaje Misionero (Hechos 15:36 - 18:22)

1. La separación de Pablo y Bernabé (Hechos 15:36-41)


HECHOS 15:36-41
36 Algún tiempo después, Pablo le dijo a Bernabé: «Volvamos a visitar a los creyentes en todas las ciudades en donde hemos anunciado la palabra del Señor, y veamos cómo están». 37 Resulta que Bernabé quería llevar con ellos a Juan Marcos, 38 pero a Pablo no le pareció prudente llevarlo, porque los había abandonado en Panfilia y no había seguido con ellos en el trabajo. 39 Se produjo entre ellos un conflicto tan serio que acabaron por separarse. Bernabé se llevó a Marcos y se embarcó rumbo a Chipre, 40 mientras que Pablo escogió a Silas. Después de que los hermanos lo encomendaron a la gracia del Señor, Pablo partió 41 y viajó por Siria y Cilicia, consolidando a las iglesias.

Donde hay un llamado de Dios, su poder se realiza en sus apóstoles. Y donde un ministro no es llamado por el Señor, su ministerio permanece muerto, y su oficio mortal, sin poder de destrucción. Pablo no podía dormir tranquilo todo el tiempo en la floreciente iglesia de Antioquía, pues veía cómo los hijos espirituales de Anatolia, a quienes el Espíritu Santo les había dado un segundo nacimiento por medio de su predicación, vivían infantilmente en la fe en un entorno poco amigable. Así que Pablo hizo un llamado a todos los hermanos de las diferentes iglesias de Siria y Asia Menor para regar los oasis del cielo en los desiertos del mundo.

Pablo no dijo: "Voy solo", sino "Vamos juntos", sabiendo que el Espíritu Santo lo eligió a él y a Bernabé para un ministerio conjunto, y que bendijo este ministerio unido extraordinariamente con poder, autoridad y frutos. Bernabé, el mayor de este grupo, estaba dispuesto a acompañar a Pablo una vez más en este penoso segundo viaje misionero con sus largos caminos, violentos peligros, problemas y persecuciones. No hubo en ese momento ninguna revelación del Espíritu Santo en cuanto a los viajes de los apóstoles para el ministerio, sino que fue sólo una sugerencia del propio Pablo, que anhelaba, con su corazón quebrantado por las iglesias, volver a ver a los hermanos.

Es posible que Bernabé, como antes, quisiera viajar primero a Chipre, su tierra natal, donde no leemos que se haya fundado alguna iglesia. Pero Pablo no deseaba aguardar a que las aguas se calmaran, sino ir directamente a los campos fértiles. El doloroso acontecimiento, que se menciona en (Gálatas 2:18), podría haber sucedido sólo unos días antes, cuando Bernabé y Pedro, los apóstoles contradijeron sus conciencias, con el fin de gratificar a los cristianos judíos, y se abstuvieron de cenar con los gentiles, lo que resultó en la creación de una amplia brecha, ya que estos apóstoles habían desobedecido la libertad del evangelio por el amor de la ley, por temor a lo que digan los fanáticos en Jerusalén.

Finalmente, cuando Bernabé quiso llevar a Juan Marcos, su sobrino una vez más en su segundo viaje misionero, para entrenarlo en el ministerio, Pablo estalló por completo, y se desató una infeliz contienda entre los dos experimentados hermanos, pues el apóstol de los gentiles veía en el joven Marcos a un débil cobarde, que podría poner en peligro el ministerio e impedir la bendición. Pablo se opuso tanto que no pudo escuchar las palabras de Bernabé, el mediador paternal, hasta tal punto que Bernabé no tuvo otra alternativa que tomar a su sobrino y navegar con él a Chipre. De este modo, Bernabé demostró, una vez más, ser un bendito nexo de unión entre un importante siervo del reino de Dios y la iglesia, pues ya había introducido a Saulo, como nuevo converso, en el vínculo de los apóstoles que le temían. El Señor bendijo la compañía de Bernabé y Marcos, para que este último se convirtiera en un famoso evangelista. No leemos nada sobre Marcos en los Hechos de los Apóstoles después de este acontecimiento. Pero Pablo escribe en sus epístolas que había aceptado a Marcos, el prudente, en su compañía. Esto ocurrió probablemente después de la muerte de Bernabé. Así que Marcos se convirtió en el compañero de Pablo, y después también de Pedro, y él mismo escribió el poderoso evangelio que lleva su propio nombre.

Inmediatamente después del desacuerdo, surgieron dos equipos misioneros, y ambos tenían razón, pero el amor de Dios se hizo más grande en el perdón y la bendición mutuos. Pablo eligió como compañero a Silas, un judío converso de Jerusalén, pues el consejo apostólico lo designó como testigo de la opinión correcta de Pablo, y lo envió a Antioquía con él para confirmar a los conversos gentiles que estaban desorientados sobre la ley. Silas tenía también la ciudadanía romana, lo que le ayudó mucho en sus viajes por las regiones del Mediterráneo. Participó en la redacción de la epístola a los tesalonicenses. Antes de eso, aprendió con Pablo a soportar los sufrimientos en las cárceles. Luego leemos que Silas, probablemente durante el encarcelamiento de Pablo, acompañó a Pedro en sus viajes para inspeccionar las iglesias desoladas (1 Pedro 5:12). También leemos que Marcos se reunió con ellos y se le unió. Esto nos da a conocer los importantes movimientos extraños en lo que refiere a la dirección del Espíritu Santo dentro del desarrollo de la iglesia en el mundo.

Los hermanos de Antioquía sufrieron mucho por el desacuerdo entre Bernabé y Pablo, y oraron continuamente, pues entendían todo el derecho que tenía Pablo, y reconocieron el amor en el paternal Bernabé. Pidieron al Cristo viviente que les concediera a ambos el perdón, el poder y las fuerzas para el servicio, a fin de que la bendición del Señor se conceda a ambas partes. No leemos que los ancianos impusieran las manos a los viajeros, sino que éstos viajaron espontáneamente en cumplimiento de sus primeros viajes en el poder del Señor.

Pablo inició su largo y segundo viaje misionero. No conocía ni el objetivo ni el fin, y no lo planificó, pero anhelaba visitar las iglesias del norte de Siria, y en las regiones de Tarso, donde se fundaron varias iglesias gracias a sus ministerios. No conocemos los lugares, ni los nombres de estas iglesias, pero nos alegramos porque el Señor había encontrado, en las ciudades situadas entre Antioquía y Asia Menor, portalámparas de su evangelio en medio de la profunda oscuridad.

ORACIÓN: Oh, Señor, te damos gracias porque has perdonado las faltas de los hermanos pendencieros y los has consagrado al nuevo servicio. Llénanos de determinación para la predicación, y fortalécenos para que no nos quedemos relajados en nuestra iglesia, sino que salgamos a difundir tu evangelio de salvación.

PREGUNTA:

  1. ¿Cuál fue el propósito principal y el impulso del segundo viaje misionero de Pablo?

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