Waters of Life

Biblical Studies in Multiple Languages

Search in "Spanish":
Home -- Spanish -- Romans - 047 (The Truth of Christ Guarantees our Fellowship with God)
This page in: -- Afrikaans -- Arabic -- Armenian -- Azeri -- Bengali -- Bulgarian -- Cebuano -- Chinese -- English -- French -- Georgian -- Greek -- Hausa -- Hebrew -- Hindi -- Igbo -- Indonesian -- Javanese -- Kiswahili -- Malayalam -- Polish -- Portuguese -- Russian -- Serbian -- Somali -- SPANISH -- Tamil -- Telugu -- Turkish -- Urdu? -- Yiddish -- Yoruba

Previous Lesson -- Next Lesson

ROMANOS - El Señor es nuestra Justicia
Estudios en la Epístola de Pablo a los Romanos
PARTE 1 - La justicia de Dios condena a todo pecador, y justifica y santifica a todo creyente en Cristo (Romanos 1:18 - 8:39)
E - Nuestra fe permanecerá por siempre (Romanos 8:28-39)

2. La verdad de Cristo garantiza nuestra comunión con Dios a pesar de toda adversidad (Romanos 8:31-39)


ROMANOS 8:31-32
31¿Qué pues, diremos a esto? Si Dios es por nosotros, ¿quién contra nosotros? 32 El que no escatimó ni a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no nos dará también con él todas las cosas?

Después de que Pablo nos haya expuesto una relación de los pensamientos de Dios en cuanto a nuestra salvación y predestinación, a fin de darnos seguridad sobre nuestra elección, ahora presenta otra serie de verdades acerca de la redención para que sepamos que Dios ha establecido la salvación del mundo sobre acontecimientos históricos reales.

Pablo estaba convencido en su corazón e infaliblemente seguro en su mente que Dios no era su enemigo, sino su amigo fiel quien moraba dentro de él en todo momento, sin importar lo que sucediera. Además, creía que el Omnipotente, Creador de cielo y tierra, es nuestro Padre. El apóstol permanecía en el amor de Dios y honraba al Omnipotente con una fe absoluta todos los días de su vida. Consideraba todo lo que le acontecía como proveniente del amor de su Padre y del cuidado divino de su Salvador.

¿Cómo obtuvo Pablo esta seguridad absoluta, capaz de mover montañas de pecados y resucitar a millones muertos en sus pecados? La cruz de Cristo para él era evidencia fehaciente del amor de Dios. Vio en el Crucificado la sobreabundancia del bondadoso amor de Dios hacia nosotros, porque entregó a su único Hijo en expiación por nuestra maldad, para que todo aquel que en él cree, no se pierda.

Ciertamente Dios nos ha dado a nosotros, que éramos desobedientes transgresores de su ley, su corazón, su cielo y su gloria en la venida de su Hijo. No hay ninguna bendición en el cielo que Dios no nos diera en Cristo, porque nos ha dado todas las cosas en él. Entonces ¿dónde está tu adoración? ¿Por qué no le entregas todo cuanto tienes?

ROMANOS 8:33-34
33 ¿Quién acusará a los escogidos de Dios? Dios es el que justifica. 34 ¿Quién es el que condenará? Cristo es el que murió; más aun, el que también resucitó, el que además está a la diestra de Dios, el que también intercede por nosotros.

Tal vez piensas que la salvación y las promesas pertenecen solamente a los santos y creyentes maduros, mientras que tú eres un novato, fracasado, inestable e inmundo. Estate quieto y escucha el veredicto de Dios sobre tu vida. Te ha hecho justo y te ha justificado, no en base a tu bondad o éxito, sino porque creíste en el crucificado, fuiste unido a él, y esperas tu salvación únicamente de él.

Tal vez has escuchado un susurro del diablo y piensas que no tienes nada que decir ante sus acusaciones, porque Dios te ve culpable. “No”, dice el Espíritu Santo. Él te consuela según la buena voluntad de Dios para contigo, te muestra a Cristo crucificado delante de tus ojos, y te recuerda su resurrección de entre los muertos para que tengas la seguridad de que has sido reconciliado con Dios y aceptado en Cristo, porque Dios aceptó la muerte de Cristo en tu lugar. Este Vencedor sobre la muerte ascendió al cielo. Intercede por ti ante el trono de la gracia y te imputa su misma justicia por medio de su sangre. Así que tienes un Abogado para con Dios. No estás solo, mi amado hermano, porque la misericordia de Dios está contigo, y su propósito es redimirte, no destruirte. Cristo es la garantía de tu salvación.

Puede ser que temas a la muerte. Sin embargo, recuerda que Jesús venció a la muerte y verdaderamente resucitó de los muertos, manifestando la vida de Dios delante de nuestros ojos. Si eres regenerado, su vida eterna mora en ti. No terminará, porque el amor de Dios nunca falla. La muerte no puede separarte de la Santa Trinidad.

ROMANOS 8:35-37
35 ¿Quién nos separará del amor de Cristo? ¿Tribulación, o angustia, o persecución, o hambre, o desnudez, o peligro, o espada? 36 Como está escrito: “Por causa de ti somos muertos todo el tiempo; Somos contados como ovejas del matadero”. 37 Antes, en todas estas cosas somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó.

Pablo no estaba usando licencia poética cuando nos relató la larga lista de los sufrimientos que él padeció. Nos enseñó que debemos sufrir por Cristo, pues nuestra fe en el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo no nos garantiza seguridad y bienestar, como vemos claramente en la biografía de Jesús. Él nació del Espíritu Santo, y fue crucificado por los que tenían el espíritu de este mundo. Pablo experimentó pobreza y riqueza, enfermedad y debilidad, peligro y persecución, la hostilidad de falsos hermanos, y el naufragio con peligro de muerte. Nada de esto le disuadía, porque conocía el amor y la providencia de Cristo, que estimaba más importante que cualquier motivo de desánimo. Con esta misma mentalidad, tu fe triunfará aun en medio de las aflicciones más grandes, como también en la hora de la muerte, porque el Espíritu Santo aumentará tu fe hasta que estés transformado. Entras en la escuela de Dios para aprender humildad y confianza, y para alabar a Dios en medio de la aflicción. Entonces llegas a ser manso, como un cordero de Dios, imitando a Cristo. Puedes soportar cualquier aflicción sin quejarte, y morir a tu orgullo y amor por ti mismo. Puedes pasar por alto las palabras hirientes de tus prójimos, regocijarte, esperar y ejercitar paciencia en el poder de tu Señor.

Ninguna tentación o aflicción nos puede separar de Jesús, porque los contratiempos y aflicciones nos enseñan a poner nuestra confianza en la Palabra. Entonces anhelamos a nuestro Señor Jesucristo, quien nos precedió al Padre. Él nos entiende, y no nos deja, sino que nos acompaña y fortalece, para que podamos ver su gran amor y honrarlo con paciencia, agradecimiento y bondad. El amor de Cristo nos conduce a una gloriosa victoria, y con gozo le servimos en medio de aflicciones y lágrimas.

ORACIÓN: Oh santo Dios, tú eres mi Padre y tu Hijo es mi intercesor, hoy y en el juicio final, y el Espíritu Santo mora en mí y me consuela. Te adoro; Padre, Hijo, y Espíritu Santo, quien es amor. Tengo la certeza de que no moriré, porque tú me rodeas, me guardas, me proteges y me renuevas. Oh Dios, guárdame de toda tentación para que ningún pecado me separe de ti, y para que mi amor, juntamente con el amor de todos los santos del mundo, nunca falte.

PREGUNTA:

  1. ¿Cómo vencen los cristianos la adversidad?

www.Waters-of-Life.net

Page last modified on October 04, 2021, at 05:57 AM | powered by PmWiki (pmwiki-2.3.3)