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JUÁN - La Luz Resplandece En Las Tinieblas
Estudio en el Evangelio de Cristo según Juán
PARTE 4 - La Luz Prevalece Contra Las Tinieblas
B - La Resurrección Y Las Apariciones De Cristo (Juán 20:1 - 21:25)
1. Acontecimientos en la madrugada de la Pascua (Juán 20:1-10)

a) María Magdalena en el sepulcro (Juán 20:1-2)


JUÁN 20:1-2
1 El primer día de la semana, muy de mañana, cuando todavía estaba oscuro, María Magdalena fue al sepulcro y vio que habían quitado la piedra que cubría la entrada. 2 Así que fue corriendo a ver a Simón Pedro y al otro discípulo, a quien Jesús amaba, y les dijo: —¡Se han llevado del sepulcro al Señor, y no sabemos dónde lo han puesto!

Los discípulos y las mujeres que seguían a Jesús estaban desolados por lo sucedido el viernes. Desde la distancia, las mujeres vieron cómo Jesús era colocado en el sepulcro. Tanto las mujeres como los discípulos se habían apresurado a regresar a sus casas para no ser culpados de haber quebrantado el sábado, comenzando el viernes al anochecer, alrededor de las seis.

En aquel gran sábado que coincidía con la fiesta de la Pascua, nadie se atrevió a ir al sepulcro. Mientras las multitudes se regocijaban al pensar que Dios se reconciliaba con la nación simbólicamente con los corderos sacrificados, los cristianos se reunían con temor y lágrimas. Sus esperanzas yacían enterradas con la sepultura de su Señor.

En la víspera del sábado, las mujeres no salieron de las puertas de la ciudad a comprar especias ni otros artículos para ungir el cuerpo. Esperaron expectantes el amanecer del domingo. El evangelista destaca la visita de Magdalena al sepulcro, pero hay una alusión a las otras mujeres acompañantes en el uso del plural "nosotras" por parte de María Magdalena. Salomé, la madre de Juan y algunas otras salieron juntas el domingo temprano entre lágrimas para la unción.

Era muy temprano al amanecer cuando se acercaron, angustiadas por el dolor, a la tumba, que suponían sellada. Sus esperanzas estaban destrozadas, nubladas por la desesperación. La luz de la resurrección no había brillado aún sobre ellas y la vida eterna se no había asomado en sus mentes.

Al llegar, se quedaron consternadas al ver la enorme piedra, preguntándose cómo la moverían de la entrada de la tumba.

La tumba abierta fue el primer milagro del día, un testimonio para nuestras ansiedades e incredulidad de que Cristo es capaz de hacer rodar todas las piedras que pesan sobre nuestros corazones. El que cree encuentra ayuda en Dios, la fe ve un gran futuro.

Juan no nos habla sobre la aparición de los ángeles. Lo más probable es que María Magdalena se adelantara a sus amigas y se asomara a la tumba. No encontró ningún cuerpo allí. Aterrada, corrió hacia los discípulos. Estaba segura de que el líder de los apóstoles tenía que saber de este milagro con el resto de los discípulos. Cuando María Magdalena llegó hasta Pedro y su compañero, irrumpió diciendo: "El cuerpo de Jesús se ha perdido". Esto es un crimen añadido. Esto demuestra que los discípulos y ella estaban espiritualmente ciegos porque pensaban que alguien había robado el cuerpo. No se les ocurrió que el Señor había resucitado de entre los muertos porque era el Señor.


b) Pedro y Juan corren hacia el sepulcro (Juán 20:3-10)


JUÁN 20:3-5
3 Pedro y el otro discípulo se dirigieron entonces al sepulcro. 4 Ambos fueron corriendo, pero, como el otro discípulo corría más aprisa que Pedro, llegó primero al sepulcro. 5 Inclinándose, se asomó y vio allí las vendas, pero no entró.

Era una carrera de amor. Cada uno de ellos quería ser el primero junto a Jesús. Pedro, el mayor, jadeaba detrás del joven Juan, incapaz de alcanzarlo. Ambos olvidaron el miedo a los espías y a los guardias y atravesaron las puertas de la ciudad. Cuando Juan llegó al sepulcro, no entró, en profunda reverencia se contuvo. Mirando dentro de la roca tallada de la tumba, vio en la penumbra la ropa blanca de la tumba enrollada y abandonada como la crisálida que deja el gusano de seda. La ropa de la tumba no se había caído, sino que permanecía donde yacía el cuerpo. Este es el tercero de los milagros relacionados con la resurrección. Cristo no arrancó las ropas, sino que salió de ellas. Los ángeles no movieron la piedra para ayudar a Jesús a salir, sino para dejar entrar a las mujeres y a los discípulos. El Señor atravesó la roca al salir.

ORACIÓN: Señor Jesucristo, te damos las gracias por haber resucitado de entre los muertos. Has vencido todos los males y has abierto el camino hacia Dios. Estás con nosotros en el valle de la muerte y no nos abandonas. Tu vida es la nuestra, tu poder se perfecciona en nuestra debilidad. Nos inclinamos ante ti y te amamos porque has concedido a todos los creyentes una esperanza triunfante.

PREGUNTA:

  1. ¿Cuáles son las tres líneas de evidencia de la resurrección de Cristo?

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