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a) La parábola del sembrador (Mateo 13:1-23)
MATEO 13:1-9
1 Ese mismo día salió Jesús de la casa y se sentó a la orilla del lago. 2 La multitud que se reunió para verlo era tan grande que él tuvo que subir a una barca donde se sentó mientras toda la gente estaba de pie en la orilla. 3 Y dijo en parábolas muchas cosas como estas: «Un sembrador salió a sembrar. 4 Mientras iba esparciendo las semillas, una parte cayó junto al camino, llegaron los pájaros y se las comieron. 5 Otra parte cayó en terreno pedregoso, sin mucha tierra. Esas semillas brotaron pronto porque la tierra no era profunda; 6 pero cuando salió el sol, las plantas se marchitaron y por no tener raíz se secaron. 7 Otra parte de las semillas cayó entre espinos que, al crecer, ahogaron las plantas. 8 Pero las otras semillas cayeron en buen terreno, en el que se dio una cosecha que rindió hasta cien, sesenta y treinta veces más de lo que se había sembrado. 9 El que tenga oídos, que oiga». (Marcos 4:1-9, Lucas 8:4-8)
En esta tercera recopilación de los sermones de Cristo, el evangelista Mateo nos revela el maravilloso estilo de predicación de Jesús. Él ya había explicado la constitución del reino de los cielos en los capítulos 5 al 7 y había relatado la expansión de este reino espiritual en el capítulo 10. Ahora, en el capítulo 13, nos muestra los secretos de su crecimiento, y a la vez, explica por qué algunos lo rechazan. Las parábolas son respuestas a quienes endurecen su corazón contra Cristo y su Padre celestial.
Jesús simplificó su enseñanza utilizando parábolas que requerían un examen y reflexión cuidadosos. Así evitaba que sus enemigos comprendieran fácilmente sus intenciones, mientras que a sus seguidores les explicaba el significado de las parábolas. Cristo no profundizó en su explicación durante el primer encuentro con los oyentes; en cambio, presentó los principios y luego, en ocasiones posteriores, detalló los conceptos.
Una parábola a veces se refiere a un dicho instructivo y significativo. En los evangelios, significa una comparación continua que describe secretos espirituales o celestiales usando un lenguaje basado en las realidades de esta vida. Esta forma de enseñar era común no solo entre los rabinos judíos, sino también entre los árabes y otros sabios de Oriente, quienes la consideraban útil y agradable. Al emplearla, nuestro Salvador se adaptaba al nivel de sus oyentes y les hablaba en su propio "lenguaje".
En Capernaúm, se había reunido una gran multitud, lo que llevó a Jesús a alejarse un poco de la orilla en una barca para que todos pudieran verlo y escucharlo. Sus discípulos tuvieron el privilegio de escuchar en privado las explicaciones sobre las parábolas. De esta manera, el Señor los preparaba para su servicio apostólico y su futura predicación.
Quien escucha su palabra y no la sigue, a pesar del llamado de Dios en su corazón y de la suave atracción del Espíritu Santo, eventualmente dejará de escucharla. Gradualmente, perderá la capacidad de oír espiritualmente, se apartará de la comunión de los santos y caerá en muchos pecados como resultado de su decisión de desobedecer. Se enredará cada vez más en las cadenas de las tinieblas hasta que finalmente rechace a su Salvador, blasfeme contra él y lo odie. Quien no abra voluntariamente su alma al Espíritu de Dios y siga su llamado, se llenará gradualmente del espíritu del maligno, que fluye en él de innumerables maneras. Así, perderá su última oportunidad de comprometerse con Cristo. El que tenga oídos para oír, que oiga.
¿Dónde te encuentras en este proceso espiritual? ¿Estás en camino al cielo o al infierno? Cristo te ama a pesar de tus pecados. Él te llama personalmente para que aceptes su palabra, que da vida. Te rogamos en nombre de Cristo: "Ven a él, porque te ama, te atrae, te sana y tiene el poder de salvarte por completo.”
ORACIÓN: Padre, tú conoces mi corazón. Perdona mi dureza de corazón ante tu amor. Prepárame para escuchar tu evangelio con interés, para que mi vida espiritual crezca y pueda seguir a tu Hijo incondicionalmente, y nunca alejarme de él, sino aferrarme a él en todo momento. Quiero ser purificado por su poder y santificado por la plenitud de tu gloria, como todos aquellos que están preparados para escuchar tus palabras en todo momento.
PREGUNTA:
- Escribe la regla para el crecimiento y el declive espiritual, y luego explícalo.