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21. La elección de un insurgente (Mateo 27:15-23)
MATEO 27:21-23
21 —¿A cuál de los dos quieren que suelte? —preguntó el gobernador. —A Barrabás —dijeron ellos. 22 —¿Y qué voy a hacer con Jesús, al que llaman Cristo? —preguntó Pilato. —¡Crucifícalo! —respondieron todos. 23 Pero él dijo: —¿Por qué? ¿Qué crimen ha cometido? Pero ellos gritaban aún más fuerte: —¡Crucifícalo!
Pilato se sentó en el tribunal para decidir cuál de los dos prisioneros debía liberar. Se sorprendió y enfureció cuando la multitud gritó que querían a Barrabás, a quien consideraban un libertador de la nación y un gran héroe.
El gobernador sabía que no era ni bueno ni prudente ejecutar a un hombre inocente, por lo que intentó dejar la decisión en manos del pueblo judío. Al hacerlo, trató de ayudar a Jesús, apelando a los sentimientos religiosos del pueblo y refiriéndose a él como "el Cristo esperado".
Entonces estalló por primera vez la terrible palabra: "¡Crucifícalo!" Los sacerdotes incitaron a la multitud a gritarlo con furia.
Cuando Jesús había entrado en Jerusalén, las alabanzas eran tantas que cualquiera hubiera pensado que no tenía enemigos. Ahora, mientras era llevado al tribunal de Pilato, los gritos de odio eran tan abrumadores que parecía no tener amigos.
Pilato se molestó por la insistencia del pueblo en exigir la crucifixión sin motivo. No solo era una injusticia, sino que podría convertirse en una razón para condenar al propio juez injusto. Pidió a los judíos que probaran la culpa del acusado, pero no pudieron presentar ninguna evidencia de que Jesús hubiera hecho algo malo. En lugar de razonar, respondieron con un alboroto de gritos salvajes: "¡Crucifícalo! ¡Crucifícalo!"
ORACIÓN: Señor Jesús, tú eres el verdadero Cristo. Permaneciste en silencio ante el pueblo, sanaste a los enfermos, diste vida a los muertos y expulsaste demonios de sus corazones y cuerpos. A pesar de esto, no te agradecieron por tus grandes milagros. No te defendieron, sino que te odiaron. Temieron la opinión pública, se dejaron llevar por la astucia de los sumos sacerdotes y prefirieron crucificarte antes que enfrentar la infidelidad de su nación. Ayúdanos a no negarte en el momento de la tentación. Guíanos a dar un testimonio sabio de ti para que defendamos tu verdad en medio de la mentira, el desprecio y el odio. Fortalécenos para seguir siendo fieles a ti en el poder de tu gracia.
PREGUNTA:
- ¿Cuál fue la magnitud del fracaso de los judíos al presentar pruebas políticas concluyentes para condenar a Jesús?