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MATEO - ¡Arrepiéntanse, Porque El Reino De Cristo Está Cerca!
Estudios sobre el Evangelio de Cristo según Mateo
PARTE 2 - CRISTO ENSEÑA Y MINISTRA EN GALILEA (MATEO 5:1 - 18:35)
D - LOS JUDÍOS INCRÉDULOS Y SU ENEMISTAD CON JESÚS (MATEO 11:2 - 18:35)
3. EL MINISTERIO Y LOS VIAJES DE JESÚS (MATEO 14:1 - 17:27)

i) Jesús ataca el fanatismo y la superficialidad (Mateo 16:1-12)


MATEO 16:5-12
5 Cruzaron el lago, pero a los discípulos se les había olvidado llevar pan. 6 —Presten atención —advirtió Jesús—; cuídense de la levadura de los fariseos y de los saduceos. 7 Ellos comentaban entre sí: «Lo dice porque no trajimos pan». 8 Al darse cuenta de esto, Jesús dijo: —Hombres de poca fe, ¿por qué están hablando de que no tienen pan? 9 ¿Todavía no entienden? ¿No recuerdan los cinco panes para los cinco mil y el número de canastas que recogieron? 10 ¿Ni los siete panes para los cuatro mil y el número de cestas que recogieron? 11 ¿Cómo es que no entienden que no hablaba yo del pan, sino de tener cuidado de la levadura de fariseos y saduceos? 12 Entonces comprendieron que no les decía que se cuidaran de la levadura del pan, sino de la enseñanza de los fariseos y de los saduceos.
(Mateo 14:17-21; 15:34-38, Marcos 8:14-21)

Jesús pronto se alejó del lugar donde había alimentado a los cuatro mil y se dirigió a la otra orilla del lago. Los discípulos no pudieron comprar comida para llevar durante el viaje. Cuando Cristo les habló sobre la levadura de los fariseos y los saduceos, que envenena los pensamientos, ellos creyeron que se refería a la levadura del pan. Tenían la mente enfocada en las cosas de este mundo, mientras que Jesús pensaba en las cosas del cielo, pues había puesto todas sus preocupaciones en manos de su Padre.

Jesús reprendió a sus discípulos por preocuparse más por el pan que por lo espiritual. Les recordó la alimentación de los cinco mil con cinco panes y de los cuatro mil con siete panes. ¿Por qué preocuparse por el pan mientras Él estaba con ellos? Jesús les aclaró nuevamente que el legalismo de los fariseos y el liberalismo de los saduceos no estaban en conformidad con el amor de Dios en el nuevo pacto, ese amor que guía al hombre, a través del Espíritu Santo, al servicio sacrificial. Jesús insistió a sus seguidores en la necesidad de guardarse de la hipocresía y de no tener solo una apariencia de piedad. Los instó a confesar sus pecados y a servir a Dios por su gracia.

Este desacuerdo entre la adoración a Dios basada en la justicia propia, mediante el cumplimiento de la ley, y la libertad del amor de Cristo, basada en su expiación y la presencia del Espíritu Santo, está profundamente arraigado. Esta lucha aparece de manera evidente a lo largo de Hechos de los Apóstoles. En este libro, el apóstol Pablo se convirtió en el defensor más conocido de la liberación de nuestras mentes de la búsqueda de justicia mediante la ley. Dio testimonio de la morada del Espíritu Santo en nuestros corazones, hecha posible porque Cristo cumplió todos los requisitos de justicia en la cruz. ¡Qué lástima que, incluso hoy, algunos creyentes no reconozcan el error de buscar la justificación por las propias obras! Este es un pensamiento profundamente enraizado en el Antiguo Testamento, mientras que la justicia por la fe es el fundamento del mensaje universal del Nuevo Testamento.

ORACIÓN: Te glorificamos y nos regocijamos, Padre, Hijo y Espíritu Santo, porque nos has librado de depender de nuestra propia piedad. No somos más que pecadores. Sin embargo, tú nos has justificado y santificado, y nos mantienes en tu gracia para que podamos servirte con alegría, sin un espíritu de hipocresía. Somos pecadores justificados, y tú nos has hecho tus hijos santos al salvarnos por pura gracia.

PREGUNTA:

  1. ¿Por qué debemos guardarnos de la levadura de los fariseos y los saduceos?

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