Previous Lesson -- Next Lesson
b) El propósito del Sermón del monte: La aplicación de la Ley de Dios (Mateo 5:13-16)
MATEO 5:13
13 »Ustedes son la sal de la tierra. Pero si la sal pierde su sabor, ¿cómo lo recobrará? Ya no sirve para nada, sino para que la gente la deseche y la pisotee. (Marcos 9:50; Lucas 14:34-35)
La comida sin sal carece de sabor. Así es el mundo cuando no hay seguidores activos de Cristo. Pierde el verdadero sabor del amor. Como la sal preserva los alimentos de la putrefacción, así el mensaje de Cristo y sus portadores evitan que el mundo caiga en la oscuridad total. Al igual que la sal compensa la pérdida de algunas sustancias en el cuerpo, el evangelio construye una nueva vida en aquellos que están muertos en pecado. Sin sal, la vida humana no puede sostenerse. Tú, como creyente, debes tener tu vida sazonada con el evangelio. La doctrina del evangelio es como una "sal": es penetrante, rápida, vívida y poderosa. Llega al corazón. Limpia, da sabor y preserva de la putrefacción.
La sal también era requerida en los sacrificios (Levítico 2:13) y en el templo místico de Ezequiel (Ezequiel 43:24). Ahora, los discípulos de Cristo, habiendo aprendido la doctrina del evangelio y siendo llamados para enseñarla a otros, son como la sal. Tus pensamientos y afectos, palabras y acciones, todo debe ser sazonado con gracia (Colosenses 4:6).
Esto es lo que debes ser en ti mismo. ¿Qué debes ser para los demás? No solo debes ser bueno, sino hacer el bien e influir en las mentes de las personas, no para servir a tus propios intereses seculares, sino para transformar a los demás en el gusto y deleite del evangelio. La humanidad, sumida en la ignorancia y la maldad, no es apetitosa, está lista para pudrirse, pero Cristo envió a sus discípulos, quienes con sus vidas y testimonios deben sazonarla con conocimiento y gracia, y así hacerla aceptable a Dios, a los ángeles y a todos los que anhelan el Espíritu divino.
Si no, serás como la sal que ha perdido su sabor. Si tú, que deberías sazonar a otros, eres desabrido, vacío de vida espiritual, gracia y vitalidad, tu condición es triste, pues estás en un estado desastroso. "¿Con qué se salará?" La sal es un remedio para la comida insípida, pero no hay remedio para la sal insípida. Cristo le dará sabor a un hombre; pero si ese hombre toma y continúa en la profesión de ello, y aun así permanece inmutable y necio, sin gracia e insípido, ninguna otra doctrina ni ningún otro medio pueden hacerlo sabroso.
Si la sal pierde su sabor, no sirve para nada. ¿Qué uso tiene en el que no hará más mal que bien? Como un hombre sin sentido, así es un cristiano sin gracia. Enfrenta la ruina y el rechazo. Será desechado, expulsado de la iglesia y de la comunión de los fieles, donde es una mancha y una carga, y será rechazado como pisoteado por muchos.
Cristo te invita a participar en la construcción y conservación de un mundo nuevo en medio de la corrupción de nuestra civilización. Así que no te dejes engañar por la idea de que puedes cambiar a la gente de nuestra tierra por medio de tus habilidades, porque quien confíe en las actividades humanas perderá su mensaje, se volverá fútil en palabras y en conducta, y la gente se burlará de Él. Por lo tanto, no rechaces el mensaje del evangelio, pues solo Él crea en ti la capacidad de ser la sal de la tierra; de lo contrario, la gente te rechazará por la falta de sinceridad de tu amor.
PREGUNTA:
- ¿Qué significa que Cristo te invite a ser "la sal de la tierra"?