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Home -- Spanish -- Acts - 116 (Paul Before Agrippa II)
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HECHOS - En La Procesión Triunfal De Cristo
Estudios sobre los Hechos de los Apóstoles
PARTE 2 - Informes Sobre La Predicación Entre Los Gentiles Y La Fundación De Iglesias Desde Antioquía Hasta Roma - A Través Del Ministerio De Pablo, El Apóstol Comisionado Por El Espíritu Santo (Hechos 13 - 28)
E - El Encarcelamiento De Pablo En Jerusalén Y En Cesarea (Hechos 21:15 - 26:32)

12. Pablo ante Agripa II y su séquito real (Hechos 25:13 - 26:32)


HECHOS 25:13-22
13 Pasados algunos días, el rey Agripa y Berenice llegaron a Cesarea para saludar a Festo. 14 Como se entretuvieron allí varios días, Festo le presentó al rey el caso de Pablo. —Hay aquí un hombre —le dijo— que Félix dejó preso. 15 Cuando fui a Jerusalén, los jefes de los sacerdotes y los ancianos de los judíos presentaron acusaciones contra él y exigieron que se le condenara. 16 Les respondí que no es costumbre de los romanos entregar a ninguna persona sin antes concederle al acusado un careo con sus acusadores, y darle la oportunidad de defenderse de los cargos. 17 Cuando acudieron a mí, no dilaté el caso, sino que convoqué al tribunal el día siguiente y mandé traer a este hombre. 18 Al levantarse para hablar, sus acusadores no alegaron en su contra ninguno de los delitos que yo había supuesto. 19 Más bien, tenían contra él algunas cuestiones tocantes a su propia religión y sobre un tal Jesús, ya muerto, que Pablo sostiene que está vivo. 20 Yo no sabía cómo investigar tales cuestiones, así que le pregunté si estaba dispuesto a ir a Jerusalén para ser juzgado allí con respecto a esos cargos. 21 Pero, como Pablo apeló para que se le reservara el fallo al emperador, ordené que quedara detenido hasta ser remitido a Roma. 22 —A mí también me gustaría oír a ese hombre —le dijo Agripa a Festo. —Pues mañana mismo lo oirá usted —le contestó Festo.

Los reyes se visitan y los príncipes se hacen regalos preciosos. Cada uno honra a su igual para que cooperen entre sí. Un hombre sencillo entre los poderosos no es más que un grano de trigo entre dos ruedas de molino.

Agripa II, hijo del rey Herodes Agripa I (capítulo 12), era hermano de Drusila, esposa de Félix, el gobernador romano que abandonó Palestina. Agripa II visitó a Festo, el nuevo gobernador, acompañado de Berenice, su segunda hermana. Este rey no gozaba de muchos derechos ni de autoridades importantes, pero se le había encomendado la tarea de nombrar al sumo sacerdote y de destituirlo de su cargo. Tal privilegio tenía gran importancia en el caso de Pablo.

Festo, el activo gobernador, contó al rey Agripa la extraña historia de Pablo, que era difícil de entender para cualquier romano. El alto consejo de los judíos pidió insistentemente al gobernador que condenara a muerte a Pablo rápidamente, como garantía de su disposición a cooperar con los ciudadanos, pero el sentido de la justicia del gobernador romano se opuso a esta insistencia, y exigió que se celebrara un juicio oficial en el que comparecieran tanto los acusadores como los acusados. Los judíos no pudieron presentar ninguna acusación civil contra Pablo. De este modo, Pablo parecía verdaderamente justo e inocente.

Sin embargo, el nuevo gobernador pronto reconoció, al igual que el antiguo gobernador, que el desacuerdo entre ambas partes era doctrinal y que nada tenía que ver con el robo, la sedición o el asesinato. Se cristalizó en la mente del gobernador, como consecuencia de los acusadores y la defensa que todas las cuestiones se centraban en una persona llamada Jesús de Nazaret, quien había muerto, pero Pablo decía que estaba vivo. ¡Qué asombroso! Festo, el hombre terrenal, pronto comprendió el corazón del Evangelio. Esta es nuestra confesión y la esencia de nuestra fe: que Jesús fue crucificado y resucitó de entre los muertos para vivir para siempre. ¿Es esta verdad histórica también tu fe? ¿Encuentras en la muerte y resurrección de aquel que fue crucificado tu salvación, tu esperanza y tu fortaleza? ¿O sigues ciego como el gobernador educado que reconoció el meollo de la cuestión, pero no reconoció la esencia de Jesús en realidad?

PREGUNTA:

  1. ¿Por qué el gobernador Festo no reconoció el significado de la muerte y resurrección de Cristo?

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