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8. ¡La salvación te inspira a nuevas oraciones!
Todos los que han aceptado a Cristo como su amado Salvador y confían en Él continuamente, experimentan un cambio fundamental en sus vidas. Este cambio interior se refleja en un mejor comportamiento. Ya no están esclavizados por el pecado, sino que han recibido una nueva vida de Dios y se han convertido en sus hijos. No es necesario que sientas este cambio de forma dramática, como si estuvieras nadando en olas de alegría. Basta con que creas de verdad que Cristo ha tomado el control de toda tu vida, te guía fielmente y te cuida en todos tus caminos.
La salvación en Cristo crea en ti un fuerte deseo de orar, alabar y dar gracias a Dios, quien se convirtió en tu Padre por medio de Cristo Jesús. Tus pecados del pasado ya no te separan de Él. Ahora estás limpio gracias a que la sangre de Jesucristo fue derramada por ti. El Espíritu de Dios te guía para que ores como la oración modelo del Señor:
Tus oraciones ya no serán meras repeticiones vacías ni liturgia tradicional, sino una conversación directa con Dios. Podrás contarle tus problemas, errores y miedos, y Él te responderá en su santa Palabra. Ya no estás solo, porque Cristo te incorporó a la comunión con el gran Dios. El Santo ya no está lejos de ti, desconocido ni aterrador. Es tu Padre, te cuida, te comprende personalmente y te protege en su providencia. No hay mayor cambio posible en tu percepción que éste: ¡Dios el Creador y Juez eterno es mi Padre! Por eso, dale gracias y que tu corazón se llene de alegría y adoración, porque el Dios santo se muestra misericordioso contigo, siendo un pecador, y te perdona todos tus pecados y te limpia con la sangre preciosa de su Hijo. Por eso, tu corazón y tu lengua pueden entonar el salmo de David:
Dios, en su favor, ha puesto una nueva canción en tu corazón. Estás dando gracias por su gran salvación. ¿Hay en tu corazón una continua melodía de alabanza a Dios? ¿Le das gracias por su amor, paciencia, fidelidad y bondad que se te revelaron en Cristo? Medita sobre las bendiciones espirituales que Dios te ha otorgado en Jesucristo, tu Salvador. No dejes de dar gracias, porque la aceptación de la salvación cambia tu vida y las palabras de la Biblia se vuelven reales para ti, como está escrito:
Podemos dar testimonio junto con millones de creyentes de que desde que nuestros corazones fueron purificados por la sangre de Cristo, el Espíritu de oración ha sido derramado en nuestros corazones. Estamos seguros de que nuestro Padre celestial escucha todas las palabras de sus hijos. No pasa por alto ni una sola palabra. Siempre responde a nuestras oraciones, si estamos en armonía con su voluntad. Tenemos una conexión directa con Dios. Démosle gracias por este privilegio.
Oramos para que esta verdad te sea revelada, para que puedas experimentar el profundo significado de la salvación, el poder de la fe y la gozosa acción de gracias.