Home -- Spanish -- John - 051 (Disparate views on Jesus)
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b) Opiniones dispares sobre Jesús entre el pueblo y el alto consejo (Juán 7:14-53)
JUÁN 7:31-32
31 Con todo, muchos de entre la multitud creyeron en él y decían: «Cuando venga el Cristo, ¿acaso va a hacer más señales que este hombre?» 32 Los fariseos oyeron a la multitud que murmuraba estas cosas acerca de él, y junto con los jefes de los sacerdotes mandaron unos guardias del templo para arrestarlo.
A pesar de las tensas condiciones de Jerusalén, muchos empezaron a creer en el poder que actuaba en Jesús. Decían: "Tal vez sea el Mesías, pues ha realizado poderosas señales, de modo que los menos extremistas se han hecho a la idea y han confiado en él.” Vemos que Jesús tenía sus seguidores incluso en la Capital.
Cuando los fariseos se dieron cuenta, gracias a sus espías, de que el avivamiento había comenzado entre el pueblo y su movimiento estaba echando raíces en Jerusalén, se irritaron y se esforzaron por cooperar con su partido contrario, los sacerdotes y los saduceos. Esto fue para incitar a los responsables del templo a prohibir a Jesús. Los sumos sacerdotes estuvieron de acuerdo en esto y condescendieron a trabajar con los fariseos en el arresto de Jesús.
Los ángeles del Señor rodeaban al divino maestro en el patio del templo e impedían que los siervos cumplieran las órdenes de sus superiores. Jesús vio acercarse a estos siervos, pero no huyó, sino que reveló su gloria, que el evangelista nos registró como una predicción del plan salvador de Dios.
JUÁN 7:33-36
33 —Voy a estar con ustedes un poco más de tiempo —afirmó Jesús—, y luego volveré al que me envió. 34 Me buscarán, pero no me encontrarán, porque adonde yo esté no podrán ustedes llegar. 35 «¿Y este a dónde piensa irse que no podamos encontrarlo? —comentaban entre sí los judíos—. ¿Será que piensa ir a nuestra gente dispersa entre las naciones, para enseñar a los griegos? 36 ¿Qué quiso decir con eso de que “me buscarán, pero no me encontrarán”, y “adonde yo esté no podrán ustedes llegar”?»
Jesús anunció a sus enemigos que permanecería brevemente entre sus semejantes. Ya sabía que moriría como Cordero de Dios. Al mismo tiempo, conocía el momento de su resurrección, su ascensión y su regreso al Padre. Jesús anhelaba a su Padre que le había enviado para redimirnos. Por amor a nosotros permaneció en el mundo lejos de su hogar celestial.
Jesús previó que sus seguidores se asombrarían de su resurrección y ascensión. Volverían tristes, pues carecían de los cuerpos espirituales que subirían con él al cielo. También sabía que sus enemigos buscarían su cuerpo "perdido" que desaparecería de la tumba sellada. ¡Ay de los que no aman al Salvador! No podrán participar en su gloria ni entrar en el cielo. Sus pecados los separarán de Dios. La incredulidad los mantiene fuera del reino de la gracia.
Los judíos no captaron las palabras de Jesús, pues pensaron de forma humana que quería huir a las sinagogas judías de las ciudades griegas del Mediterráneo. Su propósito habría sido captar adeptos entre los que no conocían las Escrituras hebreas. Algunos se burlaban y decían: "Puede que tenga ganas de convertirse en un orador erudito y presentar sus puntos de vista a los filósofos griegos y conducirlos al Dios vivo".
Cuando Juan registró los discursos de Jesús y estos acontecimientos, vivía en Éfeso entre griegos. Las buenas noticias de la salvación habían llegado allí a la dispersión judía. Muchos griegos creían en Cristo. El evangelista vio en las palabras de Jesús y en la burla de los judíos una proclamación de que Jesús es el gran maestro entre los griegos. No ofreció filosofías vacías que conducen al pesimismo. Él es el dador de vida, de él brota el poder que nunca falla.
PREGUNTA:
- ¿Qué predijo Jesús sobre su futuro?