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25. El Santo fue crucificado entre dos ladrones (Mateo 27:35-38)
MATEO 27:35-38
35 Lo crucificaron y repartieron su ropa, echando suertes. 36 Y se sentaron a vigilarlo. 37 Encima de su cabeza pusieron por escrito la causa de su condena: ESTE ES JESÚS, EL REY DE LOS JUDÍOS. 38 Con él crucificaron a dos bandidos, uno a su derecha y otro a su izquierda. (Juan 19:24, Isaías 53:12)
La pluma tiembla y la mente se detiene cuando recordamos cómo los hombres mortales crucificaron al Hijo de Dios. Todos somos culpables, malvados, ignorantes y despiadados. Si hubieras estado presente, ¿habrías impedido que los soldados lo clavaran en la cruz? ¿Te habrías puesto en su lugar? Como somos egoístas, rara vez estamos dispuestos a morir por otro. Solo Cristo fue puro amor, dispuesto a sufrir y morir por los demás. Nuestros corazones están fríos y muertos, pero él murió para darnos vida y llenarnos con su amor.
Los soldados no estaban preocupados por aquellos a quienes crucificaban. Su única preocupación era su propio beneficio. Como la túnica de Cristo estaba hecha de un solo tejido, perdería valor si la dividían. Por lo tanto, acordaron mantenerla intacta y echaron suertes por ella. No sabían que esta prenda no era una común, sino la túnica sin costuras del sumo sacerdote. Mientras Jesús colgaba en la cruz para expiar a toda la humanidad, elevó su gran oración intercesora: "Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen" (Lucas 23:34).
Pilato se burló de los judíos colocando un letrero sobre la cabeza del Crucificado, anunciando la sentencia oficial en su contra: "Jesús de Nazaret, el Rey de los judíos". Los ancianos de Israel protestaron ante Pilato, argumentando que ellos no reconocían a Jesús como su rey y que no debían presentar esa afirmación como un hecho. Ningún rey de ellos, insistieron, sería colgado entre dos ladrones. Sin embargo, los soldados lo crucificaron en el centro, el lugar reservado para el principal de los criminales. Así simbolizaron que el rey de los judíos era la cabeza de todos los malhechores.
Algunos objetores afirman que Cristo no fue crucificado en persona y que, en su lugar, Judas, el traidor, fue clavado en la cruz. Alegan que Dios puso los rasgos del Hijo de María en la cara de Judas y los rasgos de Judas en Cristo, causando confusión entre los romanos, quienes, según esta versión, crucificaron al traidor en lugar del Justo.
Quienes creen en esta historia están equivocados, porque la Escritura confirma que Judas se ahorcó y fue enterrado antes de que Jesús fuera clavado en la cruz. Si lo que dicen fuera cierto, Judas habría gritado, se habría defendido y aclarado a los soldados que él no era el Hijo de María, sino el traidor. Es evidente, según estos hechos y los testimonios de testigos presenciales, que esta afirmación es una fábula sin base histórica.
Además, la madre de Jesús estaba al pie de la cruz. ¿Crees que ella habría presenciado la muerte de Judas sin poder distinguir entre el traidor y su propio hijo? La historia inventada de que Judas fue crucificado en lugar de Cristo es una mentira.
ORACIÓN: Señor Jesucristo, los clavos que traspasaron tus manos y tus pies debieron haber atravesado los míos. Por tu gran amor, me has hecho libre y seguro. Cargaste con mi culpa y mi castigo, y me justificaste. No sé cómo agradecerte. Ayúdame a santificarme por tu Espíritu Santo, a vivir según tus mandamientos para glorificar tu nombre y a esperar con gozo tu pronto regreso.
PREGUNTA:
- ¿Cuáles son las principales razones de la crucifixión del Señor Jesucristo?