Previous Lesson -- Next Lesson
8. Las predicciones de Jesús en su camino a Getsemaní (Mateo 26:30-35) 26:30-35)
MATEO 26:30-35
30 Después de cantar los salmos, salieron al monte de los Olivos. 31 —Esta misma noche —dijo Jesús— todos ustedes me abandonarán, porque está escrito: »“Heriré al pastor y se dispersarán las ovejas del rebaño”. 32 Pero después de que yo resucite, iré delante de ustedes a Galilea». 33 —Aunque todos te abandonen —declaró Pedro—, yo jamás lo haré. 34 —Te aseguro —le contestó Jesús— que esta misma noche, antes de que cante el gallo, me negarás tres veces. 35 —Aunque tenga que morir contigo —insistió Pedro—, jamás te negaré. Y los demás discípulos dijeron lo mismo. (Salmo 113:118, Mateo 28:7, Juan 13:38, 16:32)
Durante la última cena, Jesús estableció el nuevo pacto con sus seguidores. Después de instituir el sacramento de la Cena del Señor, concluyó la comida pascual con los himnos prescritos en Salmo 118. Luego, se levantó y avanzó con firme determinación hacia su muerte.
No pensó en el dolor y sufrimiento que le esperaban, sino en sus discípulos débiles. Les advirtió sobre la inminente lucha que enfrentarían para permanecer fieles a él, pero también los consoló con la seguridad de su victoriosa resurrección. Hoy, Cristo sigue guiando a su rebaño en triunfo, como lo prometió, y fortalece a sus seguidores para vivir una vida de victoria. Por su poder, podemos caminar en los pasos de Cristo, quien resucitó de entre los muertos.
Los discípulos no anticipaban la violenta batalla que les esperaba contra los espíritus malignos que se oponían al plan de Dios. Tal vez pensaban que su propia fuerza sería suficiente para la lucha venidera. Como se creían más poderosos y astutos que el diablo, Cristo les anunció su completa derrota.
Los discípulos no comprendieron la cita de Jesús tomada de las Escrituras, ni reconocieron que Dios golpearía al Pastor y que las ovejas escogidas del rebaño se dispersarían (Zacarías 13:7). Esta idea les resultaba inconcebible y les representaba un obstáculo. ¿Sería posible que Dios permitiera que el Salvador del mundo fuera asesinado?
Pedro no estaba conforme con la predicción de Jesús de que él y los demás discípulos lo negarían. Con orgullo, se opuso y proclamó su absoluta fidelidad a su Señor. Sin embargo, Jesús ya conocía el canto del gallo y la triple negación de su discípulo. Le advirtió mediante esta profecía que caería en pecado porque confiaba en su propia fuerza.
Pedro era audaz y tenía gran confianza en sí mismo. En muchas ocasiones, era el primero en hablar, especialmente sobre sí mismo. A veces, las palabras de Cristo eran para él una verdadera revelación, pero en otras ocasiones lo dejaban expuesto, como sucedió en este caso.
Pedro se comprometió con una promesa: nunca negaría a Cristo, ni en ese momento ni jamás. Si esta promesa se hubiera hecho con una humilde dependencia de la gracia de Cristo, habría sido una confesión excelente. Examinarse a uno mismo es nuestra responsabilidad fundamental.
ORACIÓN: Señor Jesucristo, te amamos porque advertiste a todos tus discípulos sobre la tentación venidera. Estabas dispuesto a ayudar a Pedro en particular para que aprendiera a no confiar en sí mismo. Sin embargo, él no prestó atención a tus advertencias. Perdónanos por no haber escuchado tus advertencias y haber confiado en nuestra propia astucia y fuerza. Ayúdanos a fortalecernos permaneciendo en ti. Toma nuestras manos y guíanos para que podamos caminar protegidos por ti.
PREGUNTA:
- ¿Por qué Pedro no creyó en las advertencias de Jesús?