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COLOSENSES - Cristo en vosotros, la esperanza de gloria
Meditaciones acerca de la epístola del apóstol Pablo a la iglesia en Colosas

PARTE 1 - Los fundamentos de la fe cristiana (Colosenses 1:1-29)

1. Presentación del escritor y su saludo de bendición (Colosenses 1:1-2)


El apóstol

Pablo fue llamado a ser Apóstol por el Señor Jesús resucitado quien lo eligió y le llenó con el Espíritu Santo usando al desconocido Ananías (Hechos 9:10-18).

Bernabé y Silas, experimentados judíos cristianos, acompañaron a Pablo como compañeros de oración en su ministerio, a los pueblos de la zona mediterránea del oeste. En 13 epístolas paulinas del Nuevo Testamento escribió 14 veces la frase “reino de Dios” y 84 veces “la asamblea de los llamados (iglesia)” Más de 190 veces leemos en sus cartas el nombre “Jesús”. Este, es para él, el más amado e importante ante todas las demás palabras y temas. El es su Salvador y Señor, como también el nuestro, cuyo regreso lo esperaba con ansias. El le glorificaba con palabras y hechos, con su trabajo manual y por su paciencia en persecuciones y peligros. Jesús era la razón, el centro y la meta de Pablo y de su mensaje. Pablo era su fiel apóstol (enviado) a los gentiles y actuaba en el poder de Su Nombre entre ellos.

ORACIÓN: Padre celestial, te agradecemos que el glorificado Jesús llamó al perseguidor de su iglesia, a ser testigo de su gracia, poder y amor, por tu buena voluntad. Te agradecemos que sus palabras también hoy nos alcanzan, reviven y dan fuerzas . Nosotros somos indignos e incapacitados, pero ayúdanos para que por tu gracia seamos tranformados para ser enviados tuyos.

¿Quién es el Cristo?

El título ministerial, Jesús “el Cristo”, en hebreo “el Mesías” (el ungido), toma en esta epístola especial importancia, pues algunos creyentes judíos, consideraban la ley de Moisés radicalmente más importante que la salvación por Cristo. En su ciudad paterna Jesús había declarado abiertamente su título soberano en la lectura de Isaías 61:1-2; y Lucas 4:18-21, v. 18 “El Espíritu del Señor está sobre mí, por cuanto me ha ungido para dar buenas nuevas a los pobres; me ha enviado a sanar a los quebrantados de corazón; a pregonar libertad a los cautivos, y vista a los ciegos; a poner en libertad a los oprimidos; v.19 a predicar el año agradable del Señor.” V. 20 Y enrollando el libro, lo dio al ministro y se sentó; y los ojos de todos en la sinagoga estaban fijos en él. V.21 y comenzó a decirles: Hoy se ha cumplido esta Escritura delante de vosotros.

Este texto en griego (Biblia Septuaquinta o Biblia de los Setenta) difiere en algunos aspectos del original en hebreo del profeta Isaías, sin embargo contiene el mismo Espíritu y contenido. Jesús leyó el verso 2 de Isaías solo en parte, según Lucas 4:19. El Señor obvió la expresión: “el día de venganza del Dios nuestro”, porque en su primera venida no vino para juicio, sino para salvación. El texto obviado llegará a cumplirse en su segunda venida.

En el Antiguo Testamento se ungía a los reyes, sacerdotes y profetas con el “aceite de salvación y poder de Dios” para el desempeño de su ministerio (Levítico 8:12; Números 35:25c; 1.Samuel 16:13; 2. Samuel 5:3 y otros). Pero Jesús fue ungido directamente por Dios en el momento de su bautismo en el Jordán (Salmo 45:7-8; Mateo 3:16-17; Hebreos 1:9). Por eso Jesús el “el Rey de reyes y Señor de señores” (Mateo 28:18; 1. Timoteo 6:15; Apocalipsis 5:6-12; 17:14; 19:16), “el verdadero sumo sacerdote, quien se ofreció como Cordero de Dios a sí mismo por los pecadores del mundo” (Hebreos 2:17.18; 4:14-16; 6:20; 7:26; 10:14 u otros). Al mismo tiempo es “la palabra de Dios hecha hombre”, que resume en su persona todas las profecías anteriores (Juan 1:1-3.14; 1. Juan 1:1-2; Apocalipsis 19:13). En él viven y por él actuan los siete espíritus de Dios (Isaías 11:2; Mateo 12:18; Apocalipsis 5:6). Pedro era el primero que lo reconoció: “Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente”. Y Jesús le respondió: ”Bienaventurado eres, Simón, hijo de Jonás, porque no te lo reveló carne ni sangre, sino mi Padre que está en los cielos.” (Mateo 16:16-17). Pablo escribió a la iglesia en Roma: ”Porque no me avergüenzo del evangelio, porque es poder de Dios para salvación a todo aquel que cree; al judio primeramente, y también al griego. V.17 Porque en el evangelio la justicia de Dios se revela por fe y para fe, como está escrito: Mas el justo por la fe vivirá.” (Romanos 1:16.17).

ORACIÓN: Te agradecemos, Señor Jesus que explicaste y testificaste tu título ministerial allí en Nazaret. Tú eres el Señor de los señores y gobiernas en toda la eternidad. Ayúdanos a someternos totalmente a ti y que seamos ungidos por tu Espíritu Santo, para tu gloria.

PREGUNTA:

  1. ¿Por qué “Cristo” no es el nombre, sino el título ministerial de Jesús y que significa este título?

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