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5. La aparición de Cristo en Galilea y su mandato de predicar al mundo (Mateo 28:16-18)
MATEO 28:16-18
16 Los once discípulos fueron a Galilea, a la montaña que Jesús les había indicado. 17 Cuando lo vieron, lo adoraron; pero algunos dudaban. 18 Jesús se acercó entonces a ellos y dijo: (…)
Los discípulos habían oído sobre la resurrección de Cristo, pero no creyeron en el testimonio de las mujeres ni en sus palabras. Sin embargo, sus promesas comenzaron a obrar en sus corazones, por lo que obedientemente fueron a Galilea, donde su Señor les había ministrado antes. Jesús quería manifestarles la gloria de su resurrección.
De repente, Jesús se apareció a sus discípulos en la montaña donde les había citado. Probablemente, además de los once, estaban con ellos otros seguidores fieles. Algunos comentaristas creen que este encuentro es el mismo al que el apóstol Pablo hace referencia en 1 Corintios 15:5, donde menciona que Jesús fue visto por más de quinientos hermanos al mismo tiempo.
A pesar de que lo vieron con sus propios ojos, algunos todavía dudaban y no creían. Pero su presencia inconfundible convenció a la mayoría de ellos, quienes cayeron rostro en tierra y lo adoraron. Reconocieron su señorío, sintieron su majestad y gloria, y temblaron de temor y gozo ante él, el vencedor de la muerte.
ORACIÓN: Señor Jesucristo, te glorificamos porque te encontraste con tus discípulos, aunque ellos huyeron en la hora de la prueba. No los reprendiste, sino que les confiaste la misión de llevar la luz del evangelio a las naciones. No todos creyeron de inmediato en tu resurrección; algunos dudaron. Pero tú veías su futuro con la venida del Espíritu Santo, confiaste en tu Padre celestial y los enviaste. Ten misericordia de nosotros, pues somos infructuosos. Háblanos y fortalécenos para que podamos obedecer tu mandato con gozo.
PREGUNTA:
- ¿Por qué Cristo envió a creyentes aún débiles a la cosecha?