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Previous Lesson -- Next Lesson MATEO - ¡Arrepiéntanse, Porque El Reino De Cristo Está Cerca!
Estudios sobre el Evangelio de Cristo según Mateo
PARTE 2 - CRISTO ENSEÑA Y MINISTRA EN GALILEA (MATEO 5:1 - 18:35)
D - LOS JUDÍOS INCRÉDULOS Y SU ENEMISTAD CON JESÚS (MATEO 11:2 - 18:35)
3. EL MINISTERIO Y LOS VIAJES DE JESÚS (MATEO 14:1 - 17:27)
a) La muerte de Juan el Bautista (Mateo 14:1-12)MATEO 14:1-12 Los reyes y líderes enfrentan tentaciones especiales debido a la gran responsabilidad y autoridad que poseen. A menudo, están rodeados de aduladores y mentirosos, así como de quienes los alaban. Los adivinos y hechiceros esperan que les consulten sobre el futuro a través de los espíritus. Su poder mundano y su orgullo frecuentemente los alejan de Dios, sumiéndolos en la amargura y el aislamiento de sus pecados. Viven atemorizados, perturbados y confundidos. Después de que Herodes mandó matar a Juan el Bautista, repetía: "¡Juan, al que yo mandé que le cortaran la cabeza, ha resucitado!" (Marcos 6:16). Estaba controlado por espíritus, viendo amenazas en cada esquina. Al asesinar a Juan, Herodes pensó que podría deshacerse de quien lo molestaba y así continuar en sus pecados sin ser perturbado. Sin embargo, poco después, oyó que Jesús y sus discípulos predicaban la misma doctrina pura que Juan predicaba. Es más, los discípulos confirmaban esta doctrina con milagros en el nombre de su Maestro. Los ministros pueden ser silenciados, encarcelados, desterrados e incluso asesinados, pero la Palabra de Dios no puede ser callada. Aunque inocente, Juan el Bautista fue encarcelado porque Herodes se dejó llevar por sus deseos lujuriosos. Se casó con la esposa de su hermano utilizando un engaño. Juan calificó este doble adulterio como un pecado grave y un mal ejemplo para el pueblo. Por esta razón, Herodías, la adúltera, conspiró contra Juan y logró que lo encarcelaran. El pecado por el cual Juan reprendió a Herodes fue que se casó con la esposa de su hermano Felipe, aunque Felipe aún vivía. Este acto representó una mezcla de maldad, adulterio e incesto, además de causar un daño a Felipe, quien tenía un hijo con esa mujer. Para agravar aún más la situación, Herodes y Felipe eran medio hermanos por parte de padre. Por este pecado, Juan lo reprendió directamente: "No te es lícito tenerla por mujer". No sugirió que no era honorable o seguro, sino que afirmó claramente que "no te es lícito". Quizás algunos amigos de Juan lo habrían acusado de imprudente al reprender a Herodes, sugiriendo que habría sido mejor quedarse en silencio en lugar de provocar a Herodes, cuyo carácter conocía muy bien. Como resultado, perdió su libertad. Sin embargo, la prudencia que impide a los hombres cumplir con su deber como magistrados, ministros o amigos cristianos debe ser desechada. Creo que la conciencia de Juan no lo culpó por esto, y el testimonio de su conciencia hizo más llevaderas sus cadenas por sufrir haciendo el bien. Herodes temía a Juan y su franqueza. Solía consultarlo (Marcos 6:20) porque sentía que este prisionero, que llamaba a la gente al arrepentimiento, era el único que le hablaba con la verdad, a diferencia de sus aduladores. Juan era, de hecho, un consejero eficaz en la toma de decisiones importantes. Sin embargo, el rey estaba esclavizado por sus lujurias y espíritus malignos, mientras que el deseo de su astuta adúltera estaba centrado en un solo objetivo: matar a Juan, quien la había molestado. De repente, se le presentó la oportunidad. Invitó a la hija de su primer marido a bailar frente a su tío, el rey borracho, quien juró darle cualquier cosa que pidiera, incluso hasta la mitad de su reino. Guiada por su rencorosa madre, la muchacha exigió la cabeza de Juan el Bautista. El rey se entristeció mucho, pero no pudo negársela debido a los votos que había hecho delante de sus invitados. No tuvo más remedio que cumplir su promesa. No temió a Dios y mandó decapitar a Juan, su fiel consejero. Un corazón vano y sin gracia es propenso a estar muy enamorado de los deseos de la carne. “Cuando el deseo ha concebido, engendra el pecado” (Santiago 1:15); pues a través de ello, Satanás obtiene y mantiene posesión del corazón. ¡Cuán tristes son aquellos hijos cuyos padres los aconsejan en la maldad, los instruyen y alientan en el pecado, y les dan malos ejemplos! Porque la naturaleza corrompida caerá más rápido en la iniquidad por la mala instrucción que ser refrenada por la buena. Así, Juan el Bautista, el mayor entre los hombres y mensajero de Cristo, murió como un verdadero mártir, por los pecados de otros a quienes había llamado al arrepentimiento. ¿Amas más tu seguridad que la verdad? ¿No deberías reprochar a tus amigos con amor y humildad por sus pecados? Predicar no solo implica demostrar y comunicar la gracia, sino también reprender los pecados y ofensas. Josefo, el historiador judío, cita este relato de Juan el Bautista y añade que la destrucción del ejército de Herodes en su guerra contra "Aretas", rey de "Petrea" (cuya hija era la esposa de Herodes, a quien él repudió para casarse con Herodías), fue vista por los judíos como un justo juicio por haber dado muerte a Juan el Bautista. También se dice que la hija de Herodías cayó al agua mientras cruzaba un lago helado en invierno, y un borde afilado del hielo le cortó el cuello. Dios requirió su cabeza por la de Juan el Bautista, lo cual, de ser cierto, es una providencia notable. ORACIÓN: Te alabamos, Padre, por el brillante ejemplo que dio tu profeta Juan al sacrificarse. Te pedimos que nos des valor para la verdad y la guía correcta en el servicio, para que podamos decir a nuestros amigos la verdad sobre sus pecados. No somos mejores que ellos, pero tú has perdonado nuestros pecados y nos has santificado por tu gracia. Ayúdanos a guiarlos al arrepentimiento y quebrantamiento, así como nosotros hemos recibido tu salvación a través del arrepentimiento y quebrantamiento en el poder de tu Espíritu Santo. PREGUNTA:
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