TRACTO 10 -- No temas, que yo te he redimido, te he llamado por tu nombre; ¡tú eres mío! (Isaías 43:1)
El temor a los problemas y peligros acecha a todos. Cada individuo se sobresalta cuando presencia un accidente cerca de él. El corazón se estremece al escuchar acerca de guerras sangrientas y epidemias peligrosas que ocurren en su entorno. Algunas personas viven atrapadas en el miedo, sumidas en la depresión y convertidas en un manojo de nervios. Sin embargo, el Señor te prohíbe temer, porque Él vive y es más poderoso que cualquier fuerza que intente atacarte. Su sabiduría supera tu angustia. Por lo tanto, escucha atentamente sus palabras.
¡No Temas!
Dios te prohíbe temer a los espíritus inmundos y a los brujos. Abandona la creencia en el mal de ojo, dejando atrás prácticas como poner perlas azules en la ropa de los niños, colgar una herradura sobre la puerta de tu casa y tocar madera. Estos actos confiesan que los espíritus detrás de tales rituales son más poderosos que el Señor mismo. Sin embargo, Dios es el Todopoderoso, preparado y capaz de protegerte, pues es superior a todos los espíritus.
El amor del Señor hacia ti te libra del temor al futuro. No debes temer las guerras, la lluvia radiactiva ni el aumento de la contaminación en el mundo. En el futuro, se evidenciará que ninguna actividad humana puede salvar al mundo. La única solución para nosotros es Dios, quien es más grande que todas las distracciones. Confía plenamente en Él.
Tu Creador desea vencer tus miedos a los exámenes, el desempleo, el hambre y la depresión. Está dispuesto a ayudarte y a unirse a ti. Por lo tanto, sé diligente en tu profesión y fiel en tu trabajo diario, y verás cómo el Señor te bendecirá abundantemente. Enfócate en Él y recibirás guía y consuelo en medio de los peligros.
El Todopoderoso te protegerá de tus enemigos, del odio de aquellos que te envidian, de ser expulsado de tu tierra o país, y del engaño de los ladrones. Si te vuelves hacia Él y permaneces en su presencia, te brindará protección. Aunque la necesidad y el pesimismo te abrumen, el Señor será tu fortaleza y tu esperanza. Por tanto, no te alejes de Él; te guardará en su nombre.
El Señor de la eternidad te prohíbe temer a la muerte, estremecerte por el castigo eterno y temblar por el fuego del infierno. Tiene el poder y el deseo de salvarte y protegerte. Dios no murió, como algunos burlones afirman, sino que es la fuente misma de la vida. Acércate a Él y permanece en su presencia, y experimentarás la paz en medio de la vida y la muerte.
Dios es justo y, al mismo tiempo, el justificador de todos tus pecados. Solo Él puede santificarte de tus malas acciones. No busca destruirte con su ira en el Día del Juicio Final. No pienses que puedes salvarte por tus buenas obras. Dios te ama personalmente y te abre una puerta hacia la victoria eterna.
Aquel que está lleno de amor eterno está dispuesto a protegerte de ti mismo, a salvarte de tu corazón impuro y a vencer tu orgullo. Te fortalecerá en tus tentaciones y derrotará las mentiras piadosas que se deslizan rápidamente por tu lengua. Abre tu corazón al Espíritu Santo, porque te santificará, ya que es santo.
El Señor te anima a permanecer en paz en todas las situaciones de la vida. Lo ha revelado en la Biblia 365 veces con su claro mandamiento: "No temas". Este mandamiento se aplica a individuos, familias y multitudes, a hombres y mujeres. Puedes practicar este mandamiento del Señor todos los días del año para no ser dominado por el miedo, sino para superarlo mediante el poder del Señor. Entrega tu vida, tus planes y el timón de tu futuro a Cristo, y cuidará de ti más que cualquier padre terrenal. Te protegerá y te bendecirá abundantemente.
Cuando abras tu corazón temeroso a Él, recibirás luz y poder para creer en Él, amarlo y encontrar esperanza para el futuro. Entonces, las razones del miedo que se te acumulan no tendrán ningún poder sobre ti. El Señor incluso te revela el secreto de por qué desea librarte de todos los peligros y temores. Él te dice:
Yo te he redimido
Los hijos de Jacob habían sido esclavos despreciados en Egipto, y los faraones los habían explotado. Sin embargo, confiaron en el Señor y en su cuidado paternal. Por lo tanto, Él les pidió que cada familia sacrificara un cordero sin mancha y que cada miembro de la familia se pusiera bajo la protección de la sangre derramada, para que la ira del Todopoderoso pasara de ellos. Si no lo hacían, Él los destruiría por su pecado. Los hijos de Jacob obedecieron el mandato del Señor y confiaron en su llamado. Así que Él los liberó de su esclavitud por la sangre del Cordero pascual de Dios y los guió hacia su liberación y libertad.
Abraham también experimentó el misterio de la redención cuando intentó sacrificar a su único hijo legal como holocausto para glorificar a Dios. Pero el Señor le impidió matar a una persona como sacrificio y le prohibió enérgicamente que matara a su hijo, porque el Señor mismo lo redimió con un gran sacrificio (Sura Al-Saffat 37:107). De este modo, el Santo Dios, en su gracia, ha redimido a todos los hijos de Abraham mediante un gran sacrificio, redimiéndolos para siempre.
Hoy te llega la promesa del Señor: "Yo te he redimido". Esta promesa está escrita en tiempo pasado porque el acto ya se ha completado para ti. Esto te dice que tu salvación es completa y no necesita hacerse de nuevo. El Señor viviente quiere efectuar su redención consumada en ti, para que no temas este mundo o el próximo, y para que no digas "quizás" Él me redima. El Dios Todopoderoso te ha redimido del Día del Juicio, del engaño de Satanás y del poder del pecado en ti. Debes reconocer que tu redención está legalmente consumada. No depende de ti salvarte ayunando, rezando, haciendo ofrendas, peregrinando o sacrificándote por Dios. El Señor ha completado una gran redención para ti y te ha ofrecido su salvación como tu derecho legal, que nunca puede ser cuestionado. Te concede su gracia gratuitamente. Por lo tanto, no tengas miedo, sino acepta tu privilegio, cree en tu redención y confía en la Palabra de tu Señor. Si crees en tu redención, será hecha en ti por tu fe.
Puede asombrarte que el Señor del pacto haya dado esta promesa: "Yo te he redimido", especialmente al pueblo obstinado que había sido desterrado a Babilonia. El Señor había permitido que fueran expulsados debido a su incredulidad y oposición a Él. Tuvieron que abandonar sus casas y su país, y fueron arrojados al desierto a 800 kilómetros de su templo. Enfermaron, tuvieron miedo y se quedaron sin ayuda, y algunos de ellos recordaron sus pecados. No tenían armas ni dinero. No tenían nada más que su vida y su Señor. En esta terrible situación, el Todopoderoso les aseguró: "Confía en mí, no temas, porque te he redimido, te he llamado por tu nombre y soy más fuerte que todos los poderes que te hacen esclavo".
Sea cual sea tu situación, ten por seguro que el Dios misericordioso quiere liberarte de tu miedo, de tu desesperación y del aguijón de la muerte. Te ha redimido por la muerte vicaria de Cristo, legalmente y para siempre. El Hijo de María es el Cordero de Dios y tu sustituto que soportó el castigo de la cruz por tus pecados. Por eso, tu Creador no será tu juez despiadado, sino el que te justifica y te perdona como tu Padre espiritual, dispuesto a ayudarte cada día. Confía en el Señor, acepta su redención y camina en su gracia y libertad.
Te he llamado por tu nombre
¡No olvides que el Señor del amor te ha redimido de verdad! ¿Has experimentado este milagro? El Señor misericordioso ha preparado para ti una liberación total del pecado, de la muerte y de las tentaciones del diablo. Además, Él te llama personalmente, no como un juez aterrador, sino con bondad, porque su ira ha pasado de ti si has confiado en la protección de la sangre del Cordero de Dios. El Señor conoce tu nombre, sabe quién eres mejor que tú mismo y conoce todos tus secretos. A pesar de todo, te ama tal como eres.
¡Qué historia asombrosa! El gran Dios te llama por tu nombre, siendo un pequeño hombre. Eres importante para Él, te conoce y se preocupa por ti. Quiere concederte sus dones y liberarte de tus cadenas internas de esclavitud. Así como un padre o una madre llaman a su hijo por su nombre mientras juega afuera, sabiendo que el niño debe responder o habrá un problema, debes estar alerta y recordar que tu Creador te llama, tu Redentor se dirige a ti y tu Consolador te atrae personalmente. Al dirigirse a ti, te eleva a su nivel y te habla, y su palabra te dará vida. Nunca olvides que el Señor te llama, porque en ese llamado te ofrece su misericordia y gracia.
Cuando Cristo vivía entre nosotros en la tierra, fue a la tumba de su amigo Lázaro, que había muerto tres días antes de que Él llegara. Jesús pidió a la gente que le rodeaba que hicieran rodar la piedra de la tumba, pero no quisieron hacerlo, porque Lázaro llevaba tres días muerto y despedía un hedor. Jesús insistió y, después de rodar la piedra, llamó a gran voz: "¡Lázaro, sal fuera!". Entonces, el cuerpo envuelto en lienzos salió de la tumba. La voz de Cristo puede resucitar a los muertos (Juan 11:34-44; Sura Al-'Imran 3:49). El llamado del Hijo de María contiene toda la plena autoridad y poder de Dios.
Cristo vive hoy con Dios y llama a aquellos que anhelan escuchar su voz. Él te llama hoy por tu nombre. Abandona el orgullo y Él te resucitará de tus pecados, te dará vida y te cobijará en Él, tu Salvador. No dudes en responder a tu Señor y agradecerle por su llamado.
Antes de la venida de Cristo, la palabra griega para "iglesia", "Ecclesia", tenía un significado especial. Representaba la responsabilidad de cada pueblo y su capacidad de tomar decisiones a través de la reunión de "responsables". Estos responsables se reunían para decidir sobre asuntos importantes del pueblo. Jesús y sus apóstoles utilizaron esta expresión para explicar el misterio de la iglesia, llamándola Ecclesia, que significa los llamados. La Ecclesia o los llamados llevaban juntos la responsabilidad de su pueblo. Jesús y sus apóstoles usaron esta expresión para explicar el misterio de la iglesia, y la llamaron Ecclesia. Esto significa que cada miembro espiritual de la iglesia es llamado por el Señor por su nombre. Los llama a dejar los malos pensamientos y los pecados, a vencer a la muerte y al demonio por el Espíritu del Señor, a liberarse de las tentaciones de este mundo, y a llevar, con todos los que están justificados, la responsabilidad por los demás en la comunidad, mediante sus oraciones, ofrendas y servicios.
¡Examínate a ti mismo! ¿Eres uno de los llamados que es responsable de los demás? ¿O todavía estás dominado por el pecado y la tentación? Ten en cuenta que Cristo te ha llamado por tu nombre para servirle. ¿Cuál es tu respuesta a Él?
Tú eres mío
El Dios Santo te asegura con una frase única: "Tú eres mío. No solo te he creado, sino que también te he redimido de tus pensamientos y comportamientos repugnantes, te he limpiado, santificado y aceptado como mi creyente". Esta seguridad no te llega porque seas mejor que los demás, sino porque has aceptado la redención de Dios, que ha completado para ti.
El Señor te explica: "Tú eres mi posesión preciosa. Ya no eres tuyo, sino mío. Yo soy tu Señor para siempre. Eres único a mis ojos, con un valor muy alto. Cuidaré de ti, no te dejaré solo, estaré a tu lado. Perteneces a mi familia y a mi clan celestial. Estás protegido en mi amor. Yo soy tu garantía. Yo llevaré la responsabilidad por ti y nunca olvidaré tu nombre. Nadie puede arrebatarte de mi mano. No serás olvidado, seas lo que seas en tu vida y en tu muerte. Estoy contigo siempre, incluso hasta el fin de los tiempos. Te llamo para que seas una alegría para mí".
Recuerda la historia de un joven que trabajaba duro y ahorraba cada centavo. Finalmente pudo comprar un vehículo. Ahora podía moverse, subir y bajar montañas. Ya no tenía problemas. Lavaba su auto y lo cuidaba. Por la noche lo aseguraba para que los ladrones no lo robaran. Todo su corazón y pensamientos estaban puestos en su nueva propiedad. Si un hombre sencillo puede estar tan entusiasmado con su propiedad comprada y cuidarla, ¿cuánto más el Dios viviente cuidará, protegerá y amará a cada creyente que responda a su llamado?
Todo aquel que escuche la voz de Dios en su corazón y se abra al amor de Cristo, y reciba el poder de su Espíritu, se convertirá en una nueva creación. El Espíritu del Señor habitará en el creyente y el Cordero de Dios lo guiará a una vida llena de acción de gracias, estableciendo en él la paz y la armonía en medio de un mundo lleno de peligros y necesidades. La vida de Dios fluye y obra en la vida de los llamados redimidos. ¿Te has sometido a Dios como su hijo espiritual? ¿O sigues vagando lejos de tu Creador y Redentor, abandonándolo cada vez más?
¿Comprendiste tu redención?
Si deseas conocer más sobre el amor de tu Señor y su redención completa para ti, estamos dispuestos a enviarte literatura útil de forma gratuita que pueda guiarte en tu crecimiento en la fe, si nos lo pides.
Verdaderamente, Dios ha preparado su redención para todas las personas
El Señor ha demostrado su amor a todos, sin importar si son buenos o malos. Desea ofrecerles su redención completa gratuitamente. Sin embargo, lamentamos que la mayoría de ellos desconozcan su bendición y continúen en temor y miseria. Si deseas ayudar a tus amigos y familiares para que puedan comprender la redención completa que se les ofrece, estamos dispuestos a enviarte un número limitado de copias de este folleto si nos lo solicitas. Sirve a tu Señor porque te ha servido más de lo que imaginas.
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