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Previous Lesson -- Next Lesson HECHOS - En La Procesión Triunfal De Cristo
Estudios sobre los Hechos de los Apóstoles
PARTE 2 - Informes Sobre La Predicación Entre Los Gentiles Y La Fundación De Iglesias Desde Antioquía Hasta Roma - A Través Del Ministerio De Pablo, El Apóstol Comisionado Por El Espíritu Santo (Hechos 13 - 28)
E - El Encarcelamiento De Pablo En Jerusalén Y En Cesarea (Hechos 21:15 - 26:32)
6. La aparición nocturna de Cristo a Pablo (Hechos 23:11)HECHOS 23:11 La conciencia de Pablo estaba siempre tranquila, pues servía a Dios día y noche. No se comportó imprudentemente mientras estuvo en Jerusalén, ni creó esa situación intencionadamente, sino que obedeció la guía del Espíritu Santo, y estaba preparado para morir. Pero su Señor pensó al contrario. Se le apareció personalmente en la profunda noche oscura, y le dijo: "Ten ánimo y no temas. La muerte no está cerca, aunque vague a tu alrededor como lobos hambrientos. No te harán daño, porque yo estoy contigo. Cerraré las bocas de las fieras y seré un muro de fuego a tu alrededor". Los hermanos se dispersaron alejándose de Pablo. Ningún amigo de Asia o Europa lo acompañó a la prisión. Tampoco apareció Jacobo con los miles de creyentes judíos para ayudarle, mediar por él o consolarle, como si fuera un vapor disperso. Pero Cristo en persona estaba con él. Él era su consuelo, justicia, poder y esperanza. Querido hermano, no tienes esperanza en esta vida y en la otra vida excepto la presencia de Cristo, como Pablo escribió entonces: "Cristo en ustedes, la esperanza de gloria." Esta seguridad del poder del Espíritu Santo continúa incluso en la muerte y la tortura. El lavado de cerebro es incapaz de borrar esta seguridad. Cristo declaró a Pablo lo que había preparado para él desde la eternidad: que coronaría su ministerio enviándole a Roma, la capital del universo en aquella época. Al lograr este objetivo, se habría completado la procesión triunfal de Cristo. En la mayor derrota, y en la noche de la desesperación, Cristo le dio la orden del nuevo avivamiento para que pudiera terminar la última parte de sus viajes misioneros. Este movimiento es el emblema misterioso del libro de los Hechos de los Apóstoles: de Jerusalén a Roma. Pablo se encontraba como un corredor en el punto de partida del último viaje. Pero su Señor quiso que no se moviera en esta etapa libre y vencedor, sino preso y atado. Sin embargo, en lo más íntimo de su ser Pablo se sentía cristianamente liberado de verdad, sabiendo que nada podía sucederle sino lo que le había preparado Cristo. Por eso se llamó a sí mismo en adelante el prisionero de Cristo. De este modo, encadenado y esposado partió hacia Roma para ganar la capital para su Señor.
7. El complot de los zelotes contra Pablo (Hechos 23:12-22)HECHOS 23:12-22 Lucas contó a Teófilo, el funcionario de Roma, cómo los zelotes, insatisfechos con el interrogatorio de Pablo por el alto consejo, tramaron en su extremo consumir a este corruptor de la nación judía, y se las ingeniaron secretamente para que el alto consejo estuviera de acuerdo. De este modo Pablo se vio al borde de un grave peligro. Pero Cristo utilizó al comandante romano, que tenía 1000 soldados a sus órdenes, para mantener al romano Pablo, que estaba prisionero con todo su cuidado, y alejarlo del peligro inminente. En su informe, Lucas resaltó el comportamiento del oficial romano de manera positiva, como si quisiera corregir su posición después del mal que hizo. Es interesante saber por estos informes que Pablo tenía una hermana casada que vivía en Jerusalén y tenía hijos activos. Es probable que los padres de Pablo se hubieran trasladado hacía algún tiempo con sus hijos desde Tarso a su ciudad natal, Jerusalén, para poder ser enterrados tras su muerte en tierra santa, como era costumbre de muchos de los judíos. No sabemos si eran creyentes cristianos como lo era su hijo Pablo, pero vemos que el hijo de la hermana de Pablo estaba en línea con los fanáticos rebeldes legalistas. Oyó hablar de una conspiración de cuarenta fanáticos que pretendían matar a Pablo, y cuando la hermana de Pablo se enteró del complot, deseó salvar a su hermano. Incluso expuso su vida a la muerte por él, y envió a su hijo al prisionero para informarle del peligro que le aguardaba. Y cuando Pablo se enteró de la conspiración urdida, envió al hijo de su hermana al comandante, quien se enfureció con el pueblo y tomó medidas inmediatas para proteger a Pablo y enviarlo a Cesarea, centro del gobernador romano para que éste juzgara por sí mismo en este asunto. Toda Jerusalén estaba agitada, pues Pablo era el destructor de la unidad judía. Además, estaba bajo la protección particular del gobierno romano. Esto fue suficiente para encender el odio de los fanáticos contra Pablo. Conspiraban para matarlo intensamente, imprecando las más pesadas maldiciones sobre sí mismos si no lo mataban, y tan rápidamente que no comerían ni beberían noche y día hasta que lo hubieran matado. Pasaron hambre y sed durante mucho tiempo sin esperanza, pues Cristo había conservado a su siervo y lo había destinado a nuevos servicios. Envió al prisionero a Roma para que todos vieran que la verdadera libertad no era la civil, sino la redención de los pecados, de la muerte y de la ira de Dios, como ya había dicho Jesús: " Así que, si el Hijo los libera, serán ustedes verdaderamente libres." Vemos en Pablo que la libertad espiritual de Cristo también se realiza realmente en un prisionero atado, pues Cristo libera los corazones de su lujuria y orgullo, y nos conduce a todos a la alabanza de Dios sean cuales sean las circunstancias que nos rodean. ORACIÓN: Oh Señor Jesucristo, te adoramos porque vives, cuidas de tus siervos, aunque estén en las cárceles, y los guardas como a la niña de tus ojos. Guárdanos con tu presencia en todo momento, y consuela a todos los que están encarcelados por tu nombre para que gocen de la libertad de sus conciencias. PREGUNTA:
PRUEBA - 7Estimado lector,
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