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Previous Lesson -- Next Lesson MATEO - ¡Arrepiéntanse, Porque El Reino De Cristo Está Cerca!
Estudios sobre el Evangelio de Cristo según Mateo
PARTE 5 - LOS SUFRIMIENTOS Y LA MUERTE DE CRISTO (MATEO 26:1-27:66)
3. La unción de Cristo (Mateo 26:6-13)MATEO 26:6-13 Los reyes, los sumos sacerdotes y los profetas eran ungidos como símbolo de la presencia del Espíritu Santo en ellos para cumplir su misión divina. De la misma manera, María, la hermana de Lázaro, fue movida por el Espíritu Santo a derramar un perfume sobre el cuerpo de Cristo para ungirlo. Cristo era el verdadero Ungido en quien habitaba corporalmente toda la plenitud de la divinidad. Esta unción para la muerte estaba en perfecta armonía con la voluntad de su Padre. Se llevó a cabo a través del sacrificio de una mujer que entregó generosamente el tesoro de su vida para glorificar al amado Mesías. Debemos tener cuidado de no considerar un desperdicio cualquier cosa que se ofrezca al Señor Jesús, ya sea por otros o por nosotros mismos. El tiempo dedicado a su servicio y el dinero invertido en su obra no son en vano. Aunque parezca que se pierde, lo recuperaremos con fruto después de muchos días (Eclesiastés 11:1). Los discípulos pensaron que el perfume derramado sobre su cabeza había sido un desperdicio. Pero él les respondió: “Si se derrama mucho perfume sobre un cuerpo muerto, según la costumbre de su país, ustedes no se quejarían ni lo considerarían un derroche.” Su cuerpo estaba a punto de ser entregado a la muerte, y la acción de María era una muestra profunda de amor. Por lo tanto, debía considerarse una preparación para su sepultura más que un desperdicio. Los discípulos argumentaron que el perfume debía haberse vendido y el dinero dado a los pobres. Sin embargo, Cristo elogió la bondad de María con una aprobación divina. Hizo que su acto fuera conocido en todo el mundo como una adecuada preparación para su crucifixión y sepultura. ORACIÓN: Señor Jesús, te alabamos porque permitiste que esta mujer te ungiera con un perfume costoso como preparación para tu muerte sustitutoria y tu sepultura. Te damos gracias porque confrontaste a tus discípulos cuando miraban el costoso perfume sin comprender que tu hora se acercaba. Nos has revelado que siempre tendremos a los pobres con nosotros y nos llamas a servirles en tu nombre. También moriste por ellos, aunque no lo supieron ni lo entendieron. Guíanos a ayudarles con prudencia, bajo la dirección del Espíritu Santo, para que puedan ser llenos de tu bondad y amor, y así sirvan a todos los que necesiten ser servidos. PREGUNTA:
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