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Previous Lesson -- Next Lesson MATEO - ¡Arrepiéntanse, Porque El Reino De Cristo Está Cerca!
Estudios sobre el Evangelio de Cristo según Mateo
PARTE 2 - CRISTO ENSEÑA Y MINISTRA EN GALILEA (MATEO 5:1 - 18:35)
D - LOS JUDÍOS INCRÉDULOS Y SU ENEMISTAD CON JESÚS (MATEO 11:2 - 18:35)
3. EL MINISTERIO Y LOS VIAJES DE JESÚS (MATEO 14:1 - 17:27)
f) Del corazón salen los malos pensamientos (Mateo 15:10-20)MATEO 15:10-20 Los hipócritas afirman que consumir ciertos tipos de alimentos y bebidas es un pecado grave e imperdonable. Con este juicio superficial, demuestran que aún no comprenden la verdadera impureza de sus corazones. Es cierto que el alcohol puede ser perjudicial para el ser humano, la nicotina es una de las principales causas del cáncer, y la televisión a menudo difunde adulterio y mentiras. Se dice que la carne de cerdo es dañina para la salud. Sin embargo, Cristo nos enseña que estas cosas no son lo que contaminan al hombre. Cristo dice que no es la calidad de nuestra comida ni el estado de nuestras manos lo que afecta el alma con contaminación moral. "El reino de Dios no es cuestión de comidas o bebidas" (Romanos 14:17). En cambio, es el pecado lo que contamina al ser humano y lo hace culpable ante Dios. Quien no se arrepiente se vuelve ofensivo a sus ojos y no es apto para tener comunión con Él. Si comemos con moderación y juicio, lo que consumimos no nos contamina. "Para los puros todo es puro” (Tito 1:15). La verdadera contaminación proviene de nuestras palabras, que surgen de un corazón no santificado, no de lo que ingerimos con manos sin lavar. Como dice la Escritura: "No permitas que tu boca te haga pecar” (Eclesiastés 5:6). Incluso después de ser renovado y santificado, el creyente aún puede sentir inclinaciones hacia la desobediencia, la tentación y la impureza. Puede buscar riquezas para mantenerse o para evitar a sus hermanos y amigos, lo que puede llevarlo a errores y problemas. Su conciencia lo condena, y gime, clamando con Pablo: "¡Soy un pobre miserable! ¿Quién me librará de este cuerpo sujeto a la muerte?” (Romanos 7:24). Los piadosos deben comenzar arrepintiéndose y reconociendo la profundidad de la impureza dentro de ellos, para que puedan ser humildes en Cristo, con el corazón quebrantado y pobres en espíritu. Así buscarán continuamente el perdón a través de la sangre derramada de Cristo, alcanzando la santificación perfecta, que es dada a los que tienen una buena conciencia. Pero, lamentablemente, muchos no confían en el perdón diario ni en la santificación espiritual que vence el orgullo. En cambio, con sus juicios superficiales y tradiciones rígidas, obstruyen a quienes buscan la salvación en Cristo, desalentándolos de acercarse a Él, a pesar de las muchas reuniones de avivamiento. El ser humano no se salva ni se santifica cumpliendo la ley, sino por la fe en la sangre de Cristo. Dios se agrada de un espíritu quebrantado y contrito. El Espíritu Santo nos impulsa a realizar actos humildes de amor, como limpiar la casa de un vecino enfermo o pagar sus deudas en secreto, sin anunciar nuestras buenas obras. Lo que contamina a una persona es lo que sale de su interior, del corazón, que es la fuente de todo pecado. Es el corazón el que está corrupto, porque no hay pecado en una palabra o acción que no haya comenzado primero en el corazón. Allí se encuentra la raíz de amargura, que produce veneno y angustia (Deuteronomio 29:18). El interior del pecador es el asiento de la maldad. Todas las palabras malas provienen del corazón corrupto. De un corazón corrupto brota una comunicación corrupta. Querido amigo, ¿sabes que tu corazón es muy engañoso? Es la fuente de tus sueños impuros, de tus palabras maliciosas y de tus malas acciones. ¿Recuerdas tus pecados pasados? Son el resultado de tu naturaleza corrupta. Conócete a ti mismo y reconoce la fuente de la impureza que habita en ti. Acércate a Jesús para que te sane, te libre y te limpie de tu pecado. Estás en una lucha espiritual; no te rindas. Mantente alerta y ora para que no caigas en tentación, porque el espíritu está dispuesto, pero la carne es débil. La mayor tentación para los piadosos es la hipocresía basada en pensamientos falsos. No puedes ser más santo que Dios. El Espíritu Santo te preservará para que no caigas en tal tentación. ORACIÓN: Merciful Lord Jesus, You are more aware of my soul and of my past than I am. Save my soul from hypocrisy and from always thinking of myself. Deliver me into the deliverance of God’s children that I may be sanctified by faith through Your precious blood, to serve the needy with joy. Sanctify me to the uttermost that my heart may not remain a fountain of evil, but a source of love, chastity, and obedience. PREGUNTA:
PRUEBAEstimado lector,
Te animamos a completar con nosotros el examen de Cristo y su Evangelio para que recibas un tesoro eterno. Esperamos tus respuestas y oramos por ti. Nuestra dirección es: Waters of Life Internet: www.waters-of-life.net |