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4. El intento de Herodes de matar a Jesús (Mateo 2:12-23)

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MATEO 2:12-15
12 Entonces, advertidos en sueños de que no volvieran a Herodes, regresaron a su tierra por otro camino. 13 Cuando ya se habían ido, un ángel del Señor se apareció en sueños a José y dijo: «Levántate, toma al niño y a su madre, y huye a Egipto. Quédate allí hasta que yo te avise, porque Herodes va a buscar al niño para matarlo». 14 Así que se levantó cuando todavía era de noche, tomó al niño y a su madre y partió para Egipto, 15 donde permaneció hasta la muerte de Herodes. De este modo se cumplió lo que el Señor había dicho por medio del profeta: «De Egipto llamé a mi hijo». (Oseas 11:1)

Dios frustró el plan de Herodes al confiar en los sabios para encontrar al niño. Satanás busca destruir a Cristo y a aquellos que le siguen, pero Dios protegió al niño elegido hasta que completó su misión en la cruz. Nadie podrá jamás contrarrestar o retrasar la voluntad salvadora de Dios, ya que Él protege al máximo a sus mensajeros. Dios advirtió en sueños a los sabios que no debían volver al malvado Herodes. Lo más probable es que todos hayan tenido el mismo sueño al mismo tiempo. Reconociendo la mano del Señor obrando en ellos, se alejaron en privado hacia el Valle del Jordán. Aquellos que están espiritualmente ligados a Cristo por la fe tienen comunión y correspondencia con el cielo, algo que antes les era ajeno.

José no se sentía tranquilo. La visita de los magos y los regalos le confundieron. Antes de dormirse, oró para que el Señor le mostrara qué hacer. Mientras dormía, el Altísimo le advirtió, a través de su glorioso ángel, del peligro que acechaba al niño y a toda la familia, porque Herodes buscaría al joven rey para destruirlo. Dios estaba al tanto del plan del tirano, y le ordenó a José que huyera a Egipto.

José obedeció a su Señor por segunda vez. Al igual que José, debemos obedecer a Dios con más fe que a los hombres o a sus organizaciones. Después del sueño, en medio de la noche, se levantó y despertó a la madre. Juntos tomaron al niño y huyeron en la oscuridad a Hebrón. Desde allí se dirigieron hacia el sur, a través del desierto, hasta Egipto. El evangelista Mateo no menciona las dificultades ni los peligros que encontraron en su largo viaje. No se sabe si llevaban provisiones, si estaban bien equipados o si iban a pie o a caballo. Solo testifica que el consejo de Dios es siempre verdadero, cumpliéndose gradualmente y sin obstáculos.

El versículo 14 dice que José “de noche, tomó al niño y a su madre". Algunos observan que el niño pequeño es mencionado primero como la figura principal, y María es llamada "la madre del niño pequeño", honrándola así. José no fue el primer hombre llamado José que tuvo que huir a Egipto debido a la hostilidad de sus hermanos. Ahora se encuentran en Egipto, rodeados de idólatras y a gran distancia del templo del Señor. Aunque estaban lejos del templo, tenían consigo al Señor del templo, quien quiere “misericordia y no sacrificios" (Oseas 6:6). Los hijos de Dios pueden estar ausentes de la comunión con su pueblo y vivir en presencia de gente malvada, pero no pecan; el pecado radica en seguir el culto de los malvados.

No es extraño para los hijos de Dios estar en Egipto, una tierra extraña y una casa de servidumbre. Dios los sacará de allí. La familia puede estar oculta en Egipto, pero Dios no los abandonará. Todos los elegidos de Dios, siendo hijos de ira por naturaleza, nacen en un Egipto espiritual y, al convertirse, son llamados de Egipto a la libertad.

La providencia de Dios para el recién nacido se manifestó en el oro entregado por los sabios. Fue la financiación divina del viaje. El Señor siempre cuida de sus hijos y satisface sus necesidades en el momento adecuado.

Jesús permaneció con su familia en Egipto hasta la muerte de Herodes en el año 4 a.C. Esta determinación histórica nos muestra por segunda vez que Jesús nació antes de la fecha mencionada en la cronología de Dionisio. Hoy en día sabemos que Cristo nació 7-8 años antes de la fecha sugerida por esa cronología.

Así como Dios llamó a los descendientes de Jacob a salir de Egipto, llamó a su Hijo para que saliera de allí y regresara a su tierra original. Este versículo en el Evangelio de Mateo es la primera vez que Jesús es llamado "Hijo de Dios". Este testimonio muestra la valentía del evangelista, ya que los judíos consideraban este título como blasfemia y merecedor de lapidación. La filiación de Cristo con Dios no se trata de orgullo y dominio; recuerda que desde el principio fue un refugiado, rechazado y perseguido por los poderes dominantes del mundo.

En su infancia, experimentó que el incienso (que representa la glorificación) va acompañado de mirra (símbolo del sufrimiento). A pesar de ello, su Padre celestial cuidó de él y proveyó el oro necesario para que pudiera vivir como extranjero en Egipto.

ORACIÓN: Te adoro, Padre mío, porque los reyes y los líderes nunca podrán oponerse a ti. Tú conoces los secretos del corazón humano. Por favor, escúchame, conóceme y sáname para que no sea un enemigo de tu Hijo, sino alguien que confíe plenamente en Él. Oh Señor, por favor, protégeme siempre que sea objeto de persecución, rechazo y odio debido a mi amor por tu amado Hijo.

PREGUNTA:

26. ¿Cómo salvó Dios al niño Jesús y a sus padres de las manos de Herodes?

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