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COLOSENSES - Cristo en vosotros, la esperanza de gloria
Meditaciones acerca de la epístola del apóstol Pablo a la iglesia en Colosas

3. La intercesión de Pablo por la iglesia en Colosas (Colosenses 1:9-11)

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COLOSENSES 1:9-11
1:9 ”Por lo cual también nosotros, desde el día que lo oímos, no cesamos de orar por vosotros, y de pedir que seáis llenos del conocimiento de su voluntad en toda sabiduría e inteligencia espiritual, v.10 para que andéis como es digno del Señor, agradándole en todo, llevando fruto en toda buena obra, y creciendo en el conocimiento de Dios; v.11 fortalecidos con todo poder, conforme a la potencia de su gloria, para toda paciencia y longanimidad.”

Después de haber escuchado muchos informes positivos de la iglesia en la península de Anatolia, Pablo se dio cuenta que este grupo de creyentes necesitaba mucha intercesión, para poder resistir a las fanáticas y falsas doctrinas. El pedía al trino Dios junto con sus amigos, que les haga crecer en su fe y esperanza, no sólo en el sentido intelectual, sino en el poder del Espíritu Santo guiados hacia la verdadera meta.

Lleno del conocimiento de la voluntad de Dios

Pablo sufría por los ataques de los cristianos judíos legalistas, que querían convencer a los colosenses, que sólo el guardar los 613 mandamientos de Moisés, se les daría la entrada al cielo. Los falsos maestros no habían entendido completamente la redención de Cristo. Pablo por lo tanto, no intentaba enseñar más el divino plan de salvación, sino que oraba, para que ellos pudieran resistir a los ataques satánicos. Una lucha espiritual de esta índole, no se refiere en primera instancia a un reconocimiento de la voluntad de Dios, sino a su bondadosa revelación del conocimiento de sus propósitos. Por consiguiente, El quiere que todos los hombres sean salvos y todos lleguen al conocimiento de la verdad espiritual (1.Timoteo 2:4).

Nosotros ya no vivimos en la época de la ley, pues ningún hombre puede por sí mismo ser santo como Dios es santo (Levítico 11:44.45; 19:2). Todos nosotros estamos destituídos de la gloria de Dios. No hay ninguno que hace el bien, ni siquiera uno (Romanos 3:10-23). Feliz aquel hombre que reconoce su propia pecaminosidad y muere a su arrogancia venenosa y clama a Dios por gracia. A él se le revelará el secreto de la gracia de Dios. El Santo ha santificado a los pecadores, mandando a su Hijo santo e inocente, quien tomó sobre sí el pecado de la humanidad y murió como sacrificio expiatorio en su lugar (2.Corintios 5:19-21). La voluntad salvadora de Dios se realizó en la cruz de Cristo. Aquel que reconoce y recibe a Jesús como Salvador, creyendo en El, uniéndose a El en verdadera confianza, es justificado, purificado y santificado. Además de esto no necesita la circuncisión, ni guardar el día de reposo ni renunciar a alimentos prohibidos. El ya conoció y experimentó la voluntad de Dios. ¡El ha sido salvo por gracia, gratuita y totalmente para siempre!

En toda sabiduría e inteligencia espiritual

Pablo habla de la sabiduría de Dios, no de la filosofía (amor a la sabiduría) de los vecinos griegos . La mente humana se resiste a veces, en contra de la real y completa salvación por la crucifixión de Cristo. La mayoría de los descendientes de Adán y Eva quieren salvarse ellos mismos, pues han perdido a Dios como su parámetro. Por eso necesitan inteligencia espiritual, para comprender el misterio de Cristo. Ellos no necesitan un poco de la sabiduría de Dios para captar y aceptar su perfecta redención. Este regalo sobrenatural no puede salir de ellos mismos, sino que se les otorga por medio del Espíritu Santo. El les da luz y les revela el amor de Dios y su santidad. El les muestra la maldad del hombre y la imposibilidad de salvación por medio de la ley. Pero el Espíritu de Dios pone también paz eterna en su corazón. Los que han recibido esta gracia necesitan su propio reconocimiento, y concentrar sus pensamientos y su mente, para comprender en toda su profundidad y anchura, el milagro de la reconciliación de Dios con el mundo perdido. Así podrían estar capacitados para responder y testificar a los especialistas de la ley, que la salvación de Dios viene a los pecadores sólo por gracia y no por hacer “buenas obras” que nunca podrían alcanzar.

ORACIÓN: Padre te agradecemos que nos has otorgado el conocimiento de tu voluntad y de nuestra propia perdición. Te damos gracias por tu perfecta salvación sólo por gracia y te pedimos sabiduría, para compartir y defender este privilegio con inteligencia, paciencia y compasión.

PREGUNTA:

18. ¿Cuál era la urgente petición de Pablo a favor de los colosenses?

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