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Previous Lesson -- Next Lesson HECHOS - En La Procesión Triunfal De Cristo
Estudios sobre los Hechos de los Apóstoles
PARTE 2 - Informes Sobre La Predicación Entre Los Gentiles Y La Fundación De Iglesias Desde Antioquía Hasta Roma - A Través Del Ministerio De Pablo, El Apóstol Comisionado Por El Espíritu Santo (Hechos 13 - 28)
D - El Tercer Viaje Misionero (Hechos 18:23 - 21:14)
3. El Apóstol planea regresar a Jerusalén y luego ir a Roma (Hechos 19:21-22)HECHOS 19:21-22 La palabra Asia fue utilizada por los romanos para designar una de sus regiones en Anatolia, de la que Éfeso era la capital y centro de comunicaciones. Después, esta palabra "Asia" se dio a todo el continente asiático, cuyos límites, regiones y detalles exactos no se determinaron hasta hace aproximadamente un siglo, a modo de dar el nombre de la parte al todo. En esa región de Anatolia que primero se llamó Asia, Pablo predicó y satisfizo a los hambrientos de justicia durante unos dos años y medio, y allí se plantó una iglesia viva cuyas luces de amor brillaban a su alrededor. El evangelio de salvación llegó hasta el último pueblo de la provincia, y Éfeso se convirtió en el tercer punto principal de partida del evangelio hacia Roma, después de Jerusalén y Antioquía. Pablo escribió desde esta capital sus dos fervorosas epístolas a los corintios, y sufrió sus problemas orando hasta que el Señor dirigió a los hermanos de allí para que tengan discernimiento espiritual, y los liberó de toda ansiedad mental y psicológica. Durante su estadía en esta ciudad, Pablo hizo una colecta para la necesitada iglesia de Jerusalén, e hizo que las iglesias griega y anatolia participaran en este importante proyecto, como leemos en su segunda epístola (capítulos 8-9). Esta ciudad, en la que el apóstol Juan pastoreaba los rebaños de Cristo, siguió desempeñando un papel destacado en la historia de la Iglesia primitiva durante cientos de años. El Señor viviente la mencionó a Juan en su revelación como la primera y madre de todas las iglesias (Apocalipsis 2:1-7). En Éfeso se celebraron varios concilios importantes, entre ellos el tercer concilio ecuménico (431 d.C.) en tiempos de los césares bizantinos. Mientras Pablo daba gracias a Cristo por su triunfo en Asia Menor, al final de su ministerio allí en el año 55 d.C., el Espíritu Santo aclaró al apóstol de los gentiles que tenía que volver en breve a Jerusalén para vincular la nueva iglesia con la iglesia madre de Jerusalén. Pero Pablo deseaba volver a ver a los queridos miembros de las iglesias griegas, y planeó en muchas oraciones, bajo la dirección del Espíritu Santo, viajar primero hacia el oeste, a Roma, y luego hacia el este, a Jerusalén. El apóstol sabía que la ciudad santa no era el final de sus viajes misioneros, pues el Espíritu Santo le reveló que Roma sería su meta final. El Evangelio se propagaba de Jerusalén a Roma, y del centro del Espíritu Santo al centro de la autoridad secular para que el brazo de la justicia venciera a todas las armas injustas. Cristo pide a todo pueblo, partido y religión que se someta. Él es el Señor, y ante él se doblará toda rodilla de los que están en los cielos y de los que están en la tierra, y toda lengua confesará que Jesucristo es el Señor, para gloria de Dios Padre. La glorificación de este nombre único fue el motivo y la necesidad en los viajes misioneros de Pablo. Pablo no era un genio aislado en el reino de Dios, sino que servía con la participación de muchos hermanos que representaban el cuerpo espiritual de Cristo. Ninguno de los hermanos puede servir en todo momento sin sus otros hermanos. Por eso confesamos que necesitamos tus oraciones y comunión, así como tú necesitas nuestro servicio y plegarias. Oramos por ti. ¿Oras de manera práctica por nosotros? Pablo envió a Timoteo, que le había servido fielmente como su hijo, a preparar su viaje, y ahora allana el camino para el gran viaje de despedida de Pablo. ORACIÓN: Te damos gracias, Señor nuestro, porque ni la autoridad ni Satanás pueden interrumpir tu procesión triunfal. Tú nos has introducido en las extensiones de tu reino. Enséñanos a obedecer la voz de tu Espíritu Santo para que corramos donde tú quieras y nos detengamos donde tú quieras. PREGUNTA:
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