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Previous Lesson -- Next Lesson COLOSENSES - Cristo en vosotros, la esperanza de gloria Parte 2 - El conocimiento del misterio de Cristo protege de falsas doctrinas (Colosenses 2:1-23)
12. Nuestra nueva vida con Cristo (Colosenses 2:11-15)COLOSENSES 2:11-15 Este párrafo de la epístola a los Colosenses define nuestra vida con Cristo. Cuatro veces leemos el concepto “en él” o “con él”, lo que significa que ya no estamos independientes o viviendo por nuestra cuenta, sino que estamos envueltos e incorporados en su misericordia. Dios nos dio participación en los derechos de su Hijo, de su Espíritu, de su poder y de su gloria. Deberíamos adorar al Padre y al Hijo porque hizo tan grandes cosas en nosotros. ¡El nos cambió de mortales a inmortales, de pecadores a justificados y de enemigos a hijos de su amor y bondad! Aquel que comprende esto, agradece y sirve a la santa trinidad con todo su ser. Pablo lucha con sus palabras contra las demandas de los fanáticos de la ley, que según su entendimiento, exigían a los seguidores de Cristo que se circuncidaran, para participar de las bendiciones y promesas bajo la señal del antiguo pacto. Pero el apóstol de los gentiles testificaba triunfante que los seguidores de Cristo ya fueron espiritualmente circuncidados en sus corazones , cuando por medio del arrepentimiento, de fe en Jesús y por el recibimiento del Espíritu, consiguieron de él y por su nombre, poder para renunciar al pecado y a los malos hábitos. En este contexto declaraba el apóstol el bautismo como un entierro de nuestro viejo Adán (o Eva) por nuestra relación de fe con Cristo. Esa conexión al Cordero de Dios significa , no solamente la muerte espiritual de un pecador y su entierro espiritual, sino mucho más , su resurrección por el poder de Dios como discípulo justificado del Hijo de Dios, quien fue levantado por su Padre. El bautismo de una persona de edad madura muchos lo entienden como un nuevo nacimiento por gracia, pues a través de la fe en Cristo , el poder de Dios fluye o entra en el que está muerto espiritualmente. Estos acontecimientos existenciales no ocurren una sola vez en la vida de los creyentes, sino continuamente en su relación con Cristo. Ellos viven en él, pues Dios les ha perdonado todos sus pecados y su incircuncisión de la carne. Pablo confiesa abiertamente que él mismo y los mienbros del antiguo pacto , no fueron justificados por la circuncisión en su cuerpo, sino solamente por el sacrificio expiatorio de Jesucristo. Sólo su sangre nos limpia de todos nuestros pecados. Las señales del antiguo pacto fueron cumplidos, dejados atrás y anulados. La carga del pecado está muy arraigada en la subconciencia del hombre. Satanás vez tras vez acusa a los justificados, en sus conciencias, después de haber recibido el perdón de sus pecados. Por eso el apóstol les asegura que el gran acta de los decretos que había contra ellos fue totalmente anulada, quitada de en medio y clavada en la cruz. La cuestión jurídica está solucionada para siempre. ¡Más aún! Los poderes diabólicos,como tentación al pecado y permanecer en la muerte, son vencidos por Jesús. El amaba a sus enemigos hasta el fin y oraba por ellos en la cruz. El creía en Dios, su Dios, aún en la más tremenda soledad y abandono de él . El esperó donde ya no había esperanza y encomendó su espíritu en las manos de su Padre, al cual ya no veía (Mateo 27:46; Lucas 23:34.46). Su gloriosa resurrección de los muertos era la aprobación de que Satanás no pudo seducirlo ni por un segundo, a un pecado o un propósito malo. Por eso la muerte no lo podía retener. Jesús comenzó su triunfo con su resurrección. El venció a Satanás y a todo su séquito y los exhibió públicamente como derrotados. Aquel que le sigue, participa de su victoria. El que vive en Cristo, reposa día y noche en su protección espiritual. Dios, su Padre, ha resucitado a su Hijo de los muertos y con esto sentenció a todas las potestades contrarias y aprobó la validez jurídica de su sacrificio. ORACIÓN: Padre celestial, te agradecemos que nos diste el privilegio, de vivir en tu Hijo, después de nuestro bautismo, que es el entierro de nuestro viejo “yo”, lo que significa nuestra resurrección de la muerte espiritual. Te adoramos porque nos otorgaste tu vida a través de Jesús y de su Espíritu. Te pedimos que resucites también a los que están muertos en pecados y arrogancia a nuestro alrededor, para que puedan vivir eternamente con Jesús. Amén. PREGUNTA:
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