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Previous Lesson -- Next Lesson MATEO - ¡Arrepiéntanse, Porque El Reino De Cristo Está Cerca!
Estudios sobre el Evangelio de Cristo según Mateo
PARTE 2 - CRISTO ENSEÑA Y MINISTRA EN GALILEA (MATEO 5:1 - 18:35)
C - LOS DOCE DISCÍPULOS SON ENVIADOS A PREDICAR Y SERVIR (MATEO 9:35 - 11:1)
3. LOS MÉTODOS DE DIFUSIÓN DEL REINO DE LOS CIELOS (MATEO 10:5 - 11:1) -- LA SEGUNDA RECOPILACIÓN DE LAS PALABRAS DE JESÚS
b) Los riesgos de la predicación (Mateo 10:16-25)MATEO 10:16 ¿Qué pasaría si la parábola de Cristo sobre enviar ovejas en medio de lobos feroces se hiciera realidad? ¿Qué sucedería? ¿Y cuánto tiempo permanecerían vivas las ovejas? Los lobos las devorarían en un instante y no dejarían nada digno de mención. Parecía cruel que Cristo expusiera a sus siervos a tanto peligro, habiendo ellos dejado todo para seguirle. Pero Él sabía que la gloria reservada para sus ovejas en el gran día sería suficiente recompensa tanto por los sufrimientos como por el servicio. Cristo los envía, y eso es reconfortante. Porque el que los envía los protegerá y cuidará de ellos hasta que hayan terminado su tarea. Pero, para que sepan lo peor, Él les dice exactamente qué deben esperar. Así, Cristo nos envía al mundo de nuestro tiempo. Pero si vivimos o morimos, Cristo sigue siendo responsable de nosotros. No estamos solos, Él está con nosotros, su nombre está sobre nosotros y su poder nos rodea. Cuando obedeces a Jesús y predicas en tu barrio, Él te protegerá, tomará nota de tu servicio y te cuidará con su divina sabiduría. El peligro existe, pero el Señor también, y en Él confiamos. Para no dejarlos solos, Cristo da un valioso consejo a sus seguidores en medio de este mundo desolado, lleno de lobos. Cristo pide a sus discípulos que sean astutos como serpientes y sencillos como palomas. Esto debe tomarse como un precepto, recomendándonos que la sabiduría del prudente, que es entender su camino, es útil en todo tiempo, pero especialmente en tiempos de angustia, tribulación y sufrimiento. Por lo tanto, porque estás expuesto a peligros como ovejas en medio de lobos, sé astuto “como serpiente". No astuto como los zorros cuya astucia es engañar a otros, sino como serpientes, cuya estrategia es solo defenderse y cuidar su propia seguridad. En la causa de Cristo, debemos aferrarnos a la vida y a todas sus comodidades con ligereza, pero no debemos malgastarlas. Es la sabiduría de la serpiente asegurar su cabeza, para que no sea quebrada. Seamos sabios, no nos causemos problemas a nosotros mismos ni a los demás, guardemos silencio en tiempos malos y no ofendamos, si podemos evitarlo. A cambio, Cristo pide a sus seguidores que sean sencillos como palomas. Sé manso, humilde y desapasionado; no solo no hagas daño a nadie, sino que no guardes rencor a nadie. Sé sin hiel, como las palomas. Esto debe ir siempre acompañado de lo anterior. Fueron enviados en medio de lobos, por lo tanto, deben ser astutos como serpientes. La serpiente simboliza a Satanás, pero la paloma simboliza al Espíritu Santo. Por lo tanto, un cristiano debe ser más sabio y cuidadoso que los demonios, pero en la santidad del Espíritu Santo, sin maldad ni culpa. Esta observación necesita oración y fe para que no nos volvamos astutos como Satanás y nos devoremos en su espíritu. Al contrario, que el Espíritu Santo nos santifique hasta el extremo para que sigamos de cerca a Jesús. MATEO 10:17-18 Jesús advirtió a sus discípulos que no predicaran con entusiasmo superficial, porque el mayor peligro del mundo no proviene de las arañas ni de los tigres, sino del hombre mismo. Jesús nos envió en su amor misericordioso a los perdidos. No se dejó engañar por el pensamiento humanista, pues sabía que en cada hombre hay una bestia esperando una oportunidad. Esto requiere de nosotros una gran sabiduría y conciencia espiritual para que no seamos motivo de que se alborote y nos ataque. Los apóstoles experimentaron el cumplimiento de las profecías de Jesús, como leemos en el libro de Hechos de los Apóstoles. En cada pequeña ciudad había un consejo seguido de un tribunal judicial compuesto por veintitrés personas que condenaban todo adulterio, ruptura del ayuno e incumplimiento de la ley. Tenían derecho a condenar a los infractores a la flagelación. Las personas condenadas a flagelación eran azotadas cuarenta veces menos uno con un látigo que consistía en cuatro cuerdas de cuero sobre el pecho y la espalda desnuda. El mismo Saulo obligaba a los cristianos a renegar de Cristo cuando utilizaba esta forma con ellos, pero él, después de convertirse en creyente, también fue azotado de esta manera en su cuerpo desnudo. Tu testimonio trae a tus oyentes o justificación y vida, o juicio y destrucción. No hables de tus propias ideas y fantasías, sino pide por medio de la oración la guía del Espíritu Santo en todo momento. Algunos apóstoles comparecieron ante gobernantes romanos y reyes locales para ser testigos del nombre de Jesucristo. Les ofrecían la salvación, y si la rechazaban, serían testigos contra ellos en el Día del Juicio. MATEO 10:19-20 ¿Temes a los enemigos de Cristo? Sí, están llenos de engaño, impulsados por el padre de la mentira, el asesino desde el principio. Pero Cristo, el Señor de la vida, te defiende. Él te apoya y te concede el Espíritu de la Verdad que definitivamente vencerá tu miedo, te consolará en la tentación, confirmará tu fe y glorificará el nombre de Jesús a través de ti. No tienes que defenderte. Escucha la voz de tu Señor en tu corazón. No te enojes contra tus jueces o adversarios; entonces el Espíritu de tu Padre celestial te guiará para responderles sabiamente. Eres testigo designado del Padre y del Hijo por el Espíritu Santo. El Padre te regeneró, el Hijo te salvó, y el Espíritu Santo en ti es el poder eterno. Confía en el Todopoderoso con todo tu corazón. No confíes en tu propia mente. Es tu Padre quien te protege y te inspira en las horas críticas. Cristo confirmó a sus seguidores que no serían abandonados a sí mismos en una ocasión tan peligrosa, sino que Dios enviaría su Espíritu de sabiduría para hablar en ellos, como su providencia les ha prometido. Nuestro Padre celestial les da la capacidad, no sólo de hablar al punto con claridad, sino también de hablar con santo celo. El mismo Espíritu que los asistió en el púlpito, los asistió en la abogacía. No pueden sino salir bien parados, quienes tienen tal abogado, como le dijo a Moisés: "Anda, ponte en marcha, que yo te ayudaré a hablar y te diré lo que debas decir" (Éxodo 4:12). ORACIÓN: Te glorificamos, Padre, Hijo y Espíritu Santo, Dios único, porque nos has llamado a dar un testimonio claro. Por favor, perdónanos nuestra precipitación al hablar y nuestra sabiduría incompleta. Abre nuestras mentes a tu inspiración para que podamos glorificarte escuchando la voz de tu Espíritu Santo y hablar de lo que Él nos diga. Purifícanos del resultado de nuestros pecados y llénanos del espíritu de humildad y mansedumbre para que tu redención nos santifique en nuestras vidas. Vence el miedo en nosotros y llénanos de tu amorosa bondad. PREGUNTA:
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