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Previous Lesson -- Next Lesson MATEO - ¡Arrepiéntanse, Porque El Reino De Cristo Está Cerca!
Estudios sobre el Evangelio de Cristo según Mateo
PARTE 2 - CRISTO ENSEÑA Y MINISTRA EN GALILEA (MATEO 5:1 - 18:35)
A - EL SERMÓN DEL MONTE: SOBRE LA CONSTITUCIÓN DEL REINO CELESTIAL (MATEO 5:1 - 7:27) -- LA PRIMERA COLECCIÓN DE LAS PALABRAS DE JESÚS
2. NUESTRAS OBLIGACIONES HACIA DIOS (MATEO 6:1-18)
c) La Oración del Señor (Mateo 6:9-13)MATEO 6:13 La exaltación del Padre al concluir la Oración del Señor representa la respuesta, la gratitud y la adoración de la Iglesia. Los cristianos reconocen que su Padre celestial es el propietario del mundo, ya que Él es su creador. Él vive y reina desde la eternidad y para siempre. Su verdad reside en todas las personas, incluso si no reconocen su autoridad. El capitalismo y el socialismo se han transformado en fuerzas engañosas. Las propiedades, los minerales y la salud no pertenecen a los individuos ni a las personas. Son propiedad de nuestro Padre celestial. Por eso no veneramos al dios de las riquezas, sino que dedicamos nuestro dinero y nuestro tiempo a nuestro Padre celestial. No debemos apegarnos a las cosas terrenales, sino aferrarnos a lo eterno. Él es imperecedero. Nuestro Padre celestial es infinitamente poderoso. Al igual que el sol emite sus rayos, día y noche, al espacio, sin disminuir en absoluto su energía nuclear, así Él irradia su amor sobre toda la humanidad para iluminarla, salvarla y protegerla, incluso si se resiste. El poder de Dios está más allá de nuestra comprensión. A veces percibimos su magnitud cuando la tierra tiembla o el trueno retumba. Todas las bombas de hidrógeno combinadas no son nada en comparación con el gran poder del Omnipotente. ¿Confías en su obra, en su sabiduría, en su presencia contigo y en su voluntad de salvarte? El Todopoderoso es tu Padre, ¿cuánto tiempo pasarás sin reconocer su honor y su amor? Nuestro Padre celestial es glorioso. Como mortales, no podemos verlo. La entrada al reino de Dios está más allá del alcance de cualquier ser humano en su estado natural. Se requiere un renacimiento espiritual y una resurrección con Cristo. Sin un nuevo nacimiento a través de la Palabra de Dios y el poder del Espíritu Santo, no podemos soportar la gloria de Dios. Sin embargo, aquel que ha renacido a través del espíritu del Padre celestial será tan glorioso como el sol. Este resplandor no es un logro personal, sino el resultado de la cercanía a nuestro glorioso Padre. Entonces, se descubre que el corazón de la gloria es un amor sagrado que aspira a transformarnos a la imagen de nuestro Padre, para que podamos reflejar su gloria. La meta de nuestra salvación no es alcanzar la gloria, sino ser transformados por la fuente de dicha gloria, que es el amor. Cristo nos reveló que Dios es amor, personificado en la figura de un Padre. Nos legó una oración invaluable, un tesoro sin igual. Esta oración, en realidad, es la “Oración Paterna”, ya que su enfoque principal es el Padre, para glorificarlo y santificar su nombre singular. El propósito de la proclamación de Jesús es que lleguemos a conocer al Padre, nos convirtamos en sus hijos, le rindamos homenaje con nuestra confianza y ansiemos su aparición con la llegada de su reino a la tierra. ORACIÓN: Padre nuestro que estás en el cielo, santificado sea tu nombre. Venga tu reino. Hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo. Danos hoy nuestro pan cotidiano. Perdónanos nuestras ofensas, como también nosotros hemos perdonado a nuestros ofensores. Y no nos dejes caer en tentación, sino líbranos del maligno, porque tuyos son el reino y el poder y la gloria para siempre. Amén. PREGUNTA:
El resumen de la Oración del SeñorSi te sumerges con devoción en la oración más significativa de la Santa Biblia, reflexionas en sus palabras llenas de valor y las oras desde el fondo de tu corazón, te acercarás a tu Padre, quien vela por ti y nunca te dejará desamparado. ¿Qué has comprendido y observado hasta ahora de este modelo divino de oración? ¿Ha asumido Dios Todopoderoso el papel de Padre celestial en tu vida y en tu reconocimiento? ¿Te comunicas directamente con Él? ¿Te has convertido en uno de sus hijos predilectos? ¿O aún te encuentras distante de Él? ¿Le expresas tu gratitud por aceptarte en su Paternidad con una fe inquebrantable y una confianza digna de elogio? Cristo no sólo nos reveló que Dios Todopoderoso es el gran Creador, el Omnipotente y el Juez eterno. No nos instruyó inicialmente a orar al Señor de la Alianza, o al Altísimo Maestro. En cambio, nos condujo hacia su propio Padre, compartió con nosotros sus derechos personales y nos habilitó para ser miembros de su familia eterna. A través de la expiación de Jesucristo, obtuvimos el privilegio de llamar a Dios nuestro Padre, ya que Cristo nos reconcilió con Él. Nos mandó santificar el nombre del Padre y aceptarlo como el centro de nuestros pensamientos y esperanzas, para que Él se convierta en la esencia de nuestra vida y esperanza. No obstante, el Espíritu Santo clama en nuestro interior: “¡Abba! ¡Padre!”. El mismo Espíritu testifica a nuestro espíritu que somos hijos de Dios (Romanos 8:15b-16). Dado que el Padre celestial nos adopta como resultado de la expiación de su Hijo, nos otorga un nuevo nacimiento por medio de su Espíritu Santo para que Él resida en nosotros. Nos hace merecedores de su Paternidad y nos encomienda su servicio en su reino, santificándonos con su amor eterno. Nosotros, quienes somos indignos y a quienes Él eligió en Cristo antes de la fundación del mundo, esperamos verle y permanecer con Él para siempre. Él ama y anhela a cada uno de los suyos. ¿Tú también le amas, le agradeces y le glorificas? Quien descubra la profundidad del Padre Nuestro captará la esencia de todo el evangelio. No creemos en un dios desconocido, distante y temible, sino en un Padre cercano y amoroso que se ha unido a nosotros en la Nueva Alianza para siempre. |