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Previous Lesson -- Next Lesson MATEO - ¡Arrepiéntanse, Porque El Reino De Cristo Está Cerca!
Estudios sobre el Evangelio de Cristo según Mateo
PARTE 2 - CRISTO ENSEÑA Y MINISTRA EN GALILEA (MATEO 5:1 - 18:35)
A - EL SERMÓN DEL MONTE: SOBRE LA CONSTITUCIÓN DEL REINO CELESTIAL (MATEO 5:1 - 7:27) -- LA PRIMERA COLECCIÓN DE LAS PALABRAS DE JESÚS
1. NUESTROS DEBERES HACIA LOS HOMBRES (MATEO 5:21-48)
e) El odio hacia los enemigos es sustituido por el amor (Mateo 5:43-48)MATEO 5:43-48 El Antiguo Testamento no contiene ninguna directriz que sugiera que debamos albergar odio hacia nuestro enemigo. No obstante, los fariseos y escribas interpretaron de Levítico 19:18 que el mandato de amar al prójimo implicaba odiar al enemigo, dado que las leyes tribales exigen la preservación de derechos, la adhesión a la honestidad y mantener distancia con el enemigo. El reino de Cristo rompe las barreras de las tribus y las nacionalidades al brindar a todos acceso al amor de Dios e invitarnos a seguirlo. Así, tu fe en Cristo se manifiesta a través de tu amor por el enemigo, no simplemente tolerándolo. Amar al enemigo trasciende una mera virtud humana. Sin Cristo, es improbable que un hombre común pueda practicarlo. Si alguien aspira a amar a su enemigo, necesita abandonar su egoísmo, reflexionar sobre el ser amado y realmente preocuparse por él. ¿Y si tu Señor te insta a amar a tu enemigo? Si la comunión espiritual entre Cristo y el creyente no es sólida, nadie sería capaz de cumplir este mandato. Por lo tanto, agradezcamos a nuestro Salvador, porque su Espíritu nos guía para superar nuestro odio y nos asiste para amar a todos. ¡Pero ten cuidado! Mientras albergues ira hacia alguien o algún grupo de personas, el Espíritu de Dios tendrá dificultades para superar tus malas intenciones. Orar por aquellos que te hacen daño es el comienzo de la manifestación del amor hacia tu adversario. Hubo un caso en el que un individuo causó daño a un compañero de trabajo y a su familia, trastornando su vida cotidiana. Sin embargo, el Espíritu de Dios movió al compañero a orar por el individuo que le había hecho daño. En su oración, solicitó a su Señor que continuara otorgando bendiciones a su adversario, incluso más que a su propia familia. Nuestro Padre celestial tiene el deseo de bendecirte a través de tu adversario, a través de las oraciones llenas de alegría de tu corazón. Si has liberado tu corazón de todo rencor y has invocado bendiciones sobre tu adversario a través de tus oraciones, puedes considerar acercarte a él. Si se encuentra en una situación difícil, bríndale tu ayuda de tal manera que no se percate de tu intervención, para evitar que se sienta incómodo contigo. Dedica todos tus esfuerzos a su rescate, tanto físico como espiritual, incluso si él no te acepta y continúa rechazándote. Esto es porque Dios nos ama así, como seres humanos, a pesar de nuestras transgresiones. Tu situación no sería más fácil que la de Dios y su Hijo. Al igual que las personas rechazaron con desdén el amor y el sacrificio de Jesús, es posible que no acepten tu amor y desconfíen de ti, respondiendo a tus intentos de ayuda con insultos. Podrían acusarte ante las autoridades, alegando que eres un engañador y malintencionado, porque hay un espíritu desconocido actuando en ellos. Sin embargo, te has transformado en un hijo de la paz de Dios y entiendes algunas de las razones de los demás. Ruega a tu Padre celestial que los libere de su maldad y los llene de amor, tal como Dios lo hizo contigo. Él es el Omnipotente que puede conquistar y suavizar incluso el corazón de piedra de tu adversario. Dios es amor. Nos ha convocado para conducirnos hacia la totalidad de su misericordia. Su invitación a la perfección nos lleva a la humildad, permitiéndonos reconocer nuestras fallas, en particular en el amor hacia nuestro adversario. Sin embargo, nuestro Padre celestial nos otorga una porción de su propia perfección y absuelve completamente nuestros pecados a través de la sangre de su Hijo. Esta purificación es absoluta, ya que no existe mayor pureza que el perdón otorgado por el crucificado. Finalmente, para nuestra libre justificación, Dios infunde su propio Espíritu con su amor total en el corazón del creyente. Cristo no es un filósofo teórico que habla de ideales inalcanzables, sino que es perfecto en sí mismo. Él te proporciona, a través de la morada de su Espíritu Santo en tu corazón, la evidencia de la perfección manifestada en tu amor por el enemigo. Por ti mismo, eres incapaz de perfeccionar el amor, pero como hijo espiritual de Dios, esto se vuelve posible. La esencia del amor radica en la relación, por eso Dios se presentó como el Padre de Jesús. De la misma manera, los creyentes deben amarse mutuamente en la unidad del Espíritu Santo. ¿Te encuentras con otros creyentes en la paciencia y el amor asombroso de Jesús? ¿De qué manera se refleja en tu vida el amor perfecto de Dios? ORACIÓN: Oh Padre celestial, agradecemos la llamada a la perfección que nos haces a través de tu amado Hijo. Aunque frecuentemente nos desviamos y pecamos, Tu amor incondicional nos rescata de las profundidades de nuestras transgresiones, elevándonos a tu divinidad mediante la purificación que ofrece la sangre de Jesús. Así, nos transformamos en seres justos y puros, reflejando tu perfección. Tu Espíritu Santo, signo de tu divinidad, reside en nosotros, incluso cuando nos sentimos derrotados. Te pedimos que nos otorgues la capacidad de amar sinceramente a nuestros adversarios y enemigos, para que así, tu alegría se manifieste plenamente en nosotros. PREGUNTA:
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