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Previous Lesson -- Next Lesson MATEO - ¡Arrepiéntanse, Porque El Reino De Cristo Está Cerca!
Estudios sobre el Evangelio de Cristo según Mateo
PARTE 1 - EL PERIODO PRELIMINAR EN EL MINISTERIO DE CRISTO (MATEO 1:1 - 4:25)
B - JUAN EL BAUTISTA PREPARA EL CAMINO DE CRISTO (MATEO 3:1 - 4:11)
1. El llamado al arrepentimiento (Mateo 3:1-12)MATEO 3:11 El ministerio de Juan el Bautista consistía en llamar al arrepentimiento y bautizar con agua como preparación para la llegada de Cristo, quien vendría a impartir el Espíritu. El Antiguo Testamento predice la llegada de días en los que el pueblo de Dios será purificado con agua y recibirá el Espíritu de Dios para su santificación (Jeremías 31:31-34; Ezequiel 36:24-28). Juan, la voz que clama en el desierto, identifica explícitamente al cumplidor de esas profecías: Cristo, el único que bautiza con el Espíritu Santo. Juan predicaba que su bautismo era para el arrepentimiento y que no cambia el corazón. Diagnostica e identifica la enfermedad, pero no la cura. Esperaba con ansias la venida de Cristo, el Ungido, el único capaz de sanar la enfermedad y eliminar la destrucción del mundo. Él bautiza con su Espíritu Santo a todos los arrepentidos y de corazón quebrantado, regenera su espíritu con su Espíritu divino, los transforma en personas de amor y los hace dignos del reino de los cielos. Sin embargo, Cristo entregará a los hipócritas que tienen apariencia de piedad, junto con los que descuidan la gracia de Dios, al fuego eterno de la ira de Dios. Juan, el profeta más grande de todos, estaba en el umbral del Antiguo Testamento, asomándose al Nuevo Testamento. Predicaba la ira de Dios según la Ley de Moisés, pero veía al Señor de la gracia venir hacia ellos para salvar a los arrepentidos, dando vida de Dios a un mundo malvado. El Espíritu Santo, prometido a los que se arrepienten y confiesan sus pecados, es Dios mismo. Quien declara sus faltas ante Dios y se aparta de ellas, obtendrá y experimentará el perdón y el poder celestial de Cristo. Dios mismo habitará en ese pecador y lo hará hijo suyo por el Espíritu Santo. Por tanto, no tengas miedo del bautismo del Espíritu Santo, porque este Espíritu es el amor, la bondad y la vida eterna de Dios, y este Espíritu glorifica a Cristo. Juan conocía, de antemano, la nobleza de Cristo. Se consideraba indigno de servirle; incluso se consideraba indigno de ser esclavo para llevar las sandalias de su Maestro. El Bautista era un humilde portador de los frutos del verdadero arrepentimiento. Esperaba de todo corazón que Cristo viniera, dando el Espíritu Santo a todos los que se apartaran del pecado y se volvieran a Dios. Es un gran consuelo para los ministros fieles saber que Jesucristo es más poderoso que ellos, haciendo lo que ellos no pueden hacer y dando lo que ellos no pueden dar. Su poder se perfecciona en nuestra debilidad (2 Corintios 12:9). Dios honra a los que permiten que Cristo sea todo en todos. Él se opone a los soberbios, pero da gracia a los humildes (Santiago 4:6). ORACIÓN: Oh Padre Santo, cuando me comparo con tu amor, me veo egoísta. Por favor, perdona mi falta de misericordia y mi corazón duro. Te agradezco por haber enviado a tu Cristo, nacido de tu Espíritu Santo, a morir por mí, para que sea digno de recibir tu Espíritu Santo. Por favor, renueva a todo creyente arrepentido para que esté lleno del Espíritu, de la mansedumbre, de la bondad y del amor de Cristo. PREGUNTA:
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