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1. Genealogía de Jesús (Mateo 1:1-17)

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MATEO 1:6-9
6 e Isaí, padre del rey David. David fue el padre de Salomón, cuya madre había sido la esposa de Urías. 7 Salomón, padre de Roboán. Roboán, padre de Abías. Abías, padre de Asá. 8 Asá, padre de Josafat. Josafat, padre de Jorán. Jorán, padre de Uzías. 9 Uzías, padre de Jotán, Jotán, padre de Acaz. Acaz, padre de Ezequías.

En su juventud, Salomón recibió educación de un sacerdote. Creció en piedad, buscando de Dios un corazón obediente y lleno de sabiduría. Al ser coronado rey, erigió un majestuoso templo en Jerusalén, planificando que fuera el epicentro de la civilización judía a lo largo del tiempo. Para su construcción, adquirió valiosos troncos de cedro del Líbano. Sin embargo, impuso pesados impuestos al pueblo para financiar estos grandiosos edificios, lo que llevó a la población a soportar cargas tributarias exorbitantes por un estilo de vida tan lujoso. Además, Salomón tuvo 700 esposas y unas 300 concubinas. Por desgracia, cada una de sus esposas llevaba consigo ídolos de su tierra natal, induciendo a Salomón a adorar esos ídolos para complacerlas (1 Reyes 11).

En el tiempo de David y Salomón, se consolidó un Estado de Israel poderoso, pero apenas perduró 100 años antes de que surgiera la división. Esto ocurrió durante el reinado de Roboán, el hijo tiránico de Salomón. La nación se fragmentó en el 932 a.C., con diez tribus formando el nuevo reino de Israel, cuya capital fue Samaria. No obstante, la tribu de Judá mantuvo lealtad a la dinastía davídica y se consolidó el reino judío en la región de Jerusalén. Los reyes mencionados en la genealogía de Jesús gobernaron este pequeño reino en Jerusalén y sus alrededores.

En aquel momento de división, Dios envió profetas al reino del Norte, incluyendo a Elías, Amós y Oseas. Su misión era detener la adoración de ídolos que se había infiltrado en la nación en nombre de Dios y acabar con la adoración a imágenes, árboles sagrados y el sacrificio de niños. Estos profetas desafiaron la existencia de otros dioses y proclamaron la supremacía de un único Dios todopoderoso. Sin embargo, enfrentaron el dominio del ateísmo y advirtieron a los impíos sobre el juicio divino. También anunciaron la llegada de un Dios humilde y justo que reunificaría a los dos hermanos separados y restablecería la paz en Jerusalén.

No obstante, las tribus del reino del Norte ignoraron las advertencias de los profetas. Persistieron en la adoración de ídolos y en celebraciones desenfrenadas, lo que resultó en la prevalencia del ateísmo y la corrupción. Dios permitió que los asirios atacaran a Israel con una fuerza abrumadora. Sitiaron y destruyeron Samaria, llevándose a los ricos y líderes al exilio, a 1500 km de sus hogares, a Mesopotamia. Se dispersaron entre las naciones y, en el 722 a.C., la historia de Israel llegó a su fin. Los asirios llevaron a otros gentiles para poblar Galilea, Samaria y el norte de Palestina, mezclándose con el resto del pueblo de Israel y formando una religión mixta. Esto llevó a los judíos del sur a despreciar y rechazar a los del norte por considerarlos impuros, debido a su mestizaje con gentiles. Sin embargo, la mención "Jorán, padre de Uzías" no significa que Jorán sea el padre de Uzías, sino que Uzías es descendiente de Jorán. Hubo tres reyes entre Joram y Uzías cuyos nombres no figuran en la genealogía (1 Crónicas 3:11, 12). Estos fueron Ocozías, Joás y Amasías. La omisión de estos tres reyes fue una exclusión divina según la promesa mencionada en (Éxodo 20:3-5 y Deuteronomio 29:18-20). Hubo tres reyes entre Joram y Uzías cuyos nombres no figuran en la genealogía (1 Crónicas 3:11, 12). Estos fueron Ocozías, Joás y Amasías. La omisión de estos tres reyes fue una exclusión divina según la promesa mencionada en Éxodo 20:3-5 y Deuteronomio 29:18-20. El pueblo no los reconoció como sus gobernantes, sino que se rebelaron y los mataron, sin darles sepultura en los sepulcros reales (2 Crónicas 22:8, 9; 24:25; 25:27, 28), y fueron excluidos de la lista real de ancestros. Mateo adoptó la misma estrategia en su Evangelio al presentárselo a los judíos. La omisión de sus nombres no afecta la validez de la genealogía, pues omitir algunos nombres en registros genealógicos era una práctica conocida entre los judíos (comparar Esdras 7:1-5 con 1 Crónicas 6:3-15).

Jesús amó a los despreciados y eligió vivir en Nazaret, en el reino del Norte, lo que provocó el rechazo de los judíos de Jerusalén. Durante la época de Jesús, el rey Herodes restauró el templo, que fue el segundo en la historia judía. Cristo y sus apóstoles no desestimaron este templo construido de piedra. Invitaron a la gente que se congregaba en el templo a entregarse al Dios verdadero y a ser piedras vivas para edificar una casa espiritual (ellos mismos) donde Dios habitaría por medio de su Espíritu Santo.

ORACIÓN: Oh Señor Jesucristo, tu reino no pertenece a este mundo. Tú eres el verdadero y humilde Rey. Todos los demás líderes han pecado, luchado, derramado sangre y acumulado tesoros; en cambio, tú viviste una vida santa y moriste por la verdad para redimirme de la vergüenza. Te ruego que me aceptes y me siembres en tu templo espiritual, para ser verdaderamente una morada devota de Dios por siempre.

PREGUNTA:

12. ¿Cuándo ocurrió la división en el reino del Antiguo Testamento y de qué linaje desciende Jesús?

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