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Previous Lesson -- Next Lesson MATEO - ¡Arrepiéntanse, Porque El Reino De Cristo Está Cerca!
Estudios sobre el Evangelio de Cristo según Mateo
PARTE 6 - LA RESURRECCIÓN DE NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO (MATEO 28:1-20)
6. La autoridad ilimitada de Cristo (Mateo 28:18-19)MATEO 28:18-19 Después de haber reconciliado al mundo corrupto con nuestro santo Creador mediante su muerte y resurrección, Jesús decidió presentar su salvación gratuita a toda la humanidad. Sin embargo, ninguno de sus discípulos, quienes habían huido la noche de su arresto, era digno del ministerio apostólico. No fue su bondad ni su inteligencia lo que los calificó para ser apóstoles de Cristo, sino únicamente su llamado y elección. Cristo declaró que su Padre celestial le había dado toda autoridad en el cielo y en la tierra. Esta autorización incluye todo poder, dominio y autoridad. El Todopoderoso compartió su plenitud con su Hijo. La plenitud del Padre sigue siendo plenitud, aun cuando es otorgada también a su Hijo. Así, el Padre y el Hijo juntos gobiernan sobre todos los poderes y seres por toda la eternidad. ¿Cómo pudo el Todopoderoso asumir el riesgo de entregar toda autoridad a Jesús? ¿No temía que esto provocara una rebelión o un conflicto en el cielo? El Padre celestial sabía que su Hijo es manso y humilde de corazón, y que siempre honra a su Padre. Además, el Espíritu Santo glorifica continuamente a Cristo. Jesús no se llenó de orgullo, sino que entregó su vida como rescate por los pecadores. Por esta razón, el Padre le concedió toda autoridad en el cielo y en la tierra, sin temor a ninguna revuelta o soberbia. Durante su vida humilde en la tierra, Jesús no usó su poder para establecer un estado político con ejércitos y armas letales. No impuso cargas fiscales a los pobres, sino que sanó a los enfermos, expulsó demonios, perdonó pecados, derramó su Espíritu sobre sus seguidores en oración, inauguró una nueva era espiritual y renovó los corazones de quienes lo seguían. Cristo ordenó a sus mensajeros que se levantaran y fueran. Al declarar su poder y autoridad, infundió en ellos la confianza necesaria para alcanzar a otros en su nombre. Jesús no quiere seguidores pasivos, sino discípulos en movimiento. El resucitado nos manda a actuar, ¡no a quedarnos quietos! ORACIÓN: Te adoramos, Señor, porque has resucitado de entre los muertos y se te ha dado toda autoridad en el cielo y en la tierra. Perdónanos por temer a los poderes de este mundo y levanta nuestros ojos hacia ti para que podamos verte siempre delante de nosotros. Creemos en tu poder bondadoso y oramos por nuestros amigos que están en dificultades para que sean fortalecidos por la grandeza de tu poder, reciban de ti guía y consuelo, y juntos avancemos para proclamar tu nombre y tu salvación en tu reino eterno. PREGUNTA:
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