Waters of LifeBiblical Studies in Multiple Languages |
|
Home Bible Treasures Afrikaans |
This page in: -- Arabic -- Armenian -- Azeri -- Bulgarian -- Chinese -- English -- French -- Georgian -- Greek -- Hausa -- Hebrew -- Hungarian? -- Igbo -- Indonesian -- Javanese -- Latin? -- Peul -- Polish -- Russian -- Somali -- SPANISH -- Telugu -- Uzbek -- Yiddish -- Yoruba
Previous Lesson -- Next Lesson MATEO - ¡Arrepiéntanse, Porque El Reino De Cristo Está Cerca!
Estudios sobre el Evangelio de Cristo según Mateo
PARTE 2 - CRISTO ENSEÑA Y MINISTRA EN GALILEA (MATEO 5:1 - 18:35)
A - EL SERMÓN DEL MONTE: SOBRE LA CONSTITUCIÓN DEL REINO CELESTIAL (MATEO 5:1 - 7:27) -- LA PRIMERA COLECCIÓN DE LAS PALABRAS DE JESÚS
1. NUESTROS DEBERES HACIA LOS HOMBRES (MATEO 5:21-48)
c) Prohibir los juramentos significa decir la verdad (Mateo 5:33-37)MATEO 5:33-37 El mundo está repleto de falsedades, engaños y exageraciones. Cada individuo adula al otro. Los estudiantes recurren al fraude en sus exámenes. Las semillas del engaño y la trampa se infiltran en el comercio, la política y diversos aspectos de la vida social. El engaño más grande es cuando las personas juran por Dios para respaldar sus mentiras retorcidas, debido a la sensación de debilidad en sus afirmaciones. Los juramentos realizados de manera precipitada a menudo son indicativos de mentiras ocultas. Algunos se consideran astutos y creen que sus ideas son indiscutiblemente correctas, pero solo Dios conoce todos los secretos. Él es el Omnisciente y está al tanto de nuestras intenciones y de las verdaderas motivaciones detrás de nuestras acciones. Nuestro conocimiento no es perfecto, sino limitado, y nuestros juicios no siempre son precisos. Sin la guía de Dios, nuestros conocimientos y juicios están tan distantes de los de Dios como el cielo lo está de nuestro mundo. Es complicado discernir la actitud o las palabras de una persona, incluso cuando están respaldadas por un juramento. Debemos reconocer que a veces desconocemos la verdad. Por lo tanto, estaremos abiertos a escuchar las opiniones de los demás y dispuestos a aprender de nuestros amigos, incluso de aquellos de mente sencilla y de sus experiencias positivas, conscientes de que todos somos siervos inútiles (Lucas 17:10). Un individuo orgulloso o fanático jura desde el momento en que se siente seguro de sí mismo; sin embargo, un creyente no deposita su confianza en sí mismo, sino en su Salvador, el Señor. El Espíritu Santo nos instruye a expresar siempre la verdad con humildad y sin caer en exageraciones; y nos orienta para glorificar y honrar a Dios. Aquí radica la distinción fundamental entre el mentiroso y nosotros. Ellos se muestran orgullosos, ansiando la fama, al igual que su malévolo progenitor, Satanás, quien se engañó a sí mismo al verse grandioso; mientras que nosotros, en Cristo, nos humillamos, admitiendo nuestra debilidad y nuestros pecados, y nos aferramos a la salvación y a la gracia de Dios, buscando siempre su orientación. Jesús nos ha liberado de la obligación de servir solo a personas distinguidas y nos orienta para servir a todos con sinceridad. Un amor desprovisto de verdad es una falsedad. De la misma manera, la verdad sin amor puede resultar hiriente. Esforcémonos por practicar un amor fundamentado en la verdad y presentemos la verdad de Dios con sabiduría y amor. Únicamente Cristo puede liberarnos de toda mentira y exageración. Quien se adentra en su escuela de la verdad divina aprende a rechazar las mentiras, incluso las denominadas ‘mentiras piadosas’, y a no invocar el nombre de Dios en vano. Debemos esforzarnos por honrarlo con testimonios sinceros, para que nuestra lengua sea veraz y nuestra conciencia pura, ya que no somos hijos del padre de la mentira, sino del Padre de la verdad. No debemos hablar más de lo necesario, y cuando lo hagamos, debe ser de manera concisa, clara y con la sabiduría del Espíritu Santo. ORACIÓN: Oh Padre celestial, nuestras lenguas a menudo se desvían hacia la mentira. Te rogamos que elimines toda exageración, toda distorsión y toda falsedad de ellas. Instrúyenos en la humildad para que podamos ser auténticos en tu Santo Espíritu. Ilumínanos para que podamos discernir la verdad. Guíanos hacia la verdad y llénanos en tu nombre, porque tú eres la verdad, para que seamos sinceros en nuestras intenciones y pensamientos y sigamos el camino de la verdad, la rectitud y la justicia. Que el Espíritu de la Verdad gobierne nuestros pensamientos y palabras. PREGUNTA:
|