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Previous Lesson -- Next Lesson MATEO - ¡Arrepiéntanse, Porque El Reino De Cristo Está Cerca!
Estudios sobre el Evangelio de Cristo según Mateo
PARTE 2 - CRISTO ENSEÑA Y MINISTRA EN GALILEA (MATEO 5:1 - 18:35)
A - EL SERMÓN DEL MONTE: SOBRE LA CONSTITUCIÓN DEL REINO CELESTIAL (MATEO 5:1 - 7:27) -- LA PRIMERA COLECCIÓN DE LAS PALABRAS DE JESÚS
a) Las Bienaventuranzas (Mateo 5:1-12)MATEO 5:3 Cristo inicia su sermón con las bienaventuranzas, porque vino al mundo para salvarte y bendecirte. No llegó únicamente para ofrecerte algunas de sus bendiciones, sino para derramar sobre ti todas sus bendiciones (Efesios 1:3). Lo hace "como quien tiene autoridad", aquel que puede otorgar la bendición y conceder la vida eterna. Ofrece su bendición una y otra vez, como había prometido a los arrepentidos. Los llama dichosos y felices y los hace así, porque aquellos a quienes bendice, son verdaderamente bienaventurados. El Antiguo Testamento terminaba con una maldición (Malaquías 3:24; 4:6), mientras que la ley del Nuevo Testamento comienza con una bienaventuranza y una bendición. Estamos destinados a heredar su bendición. Cristo nos asegura, en primer lugar, que nadie puede entrar en el reino de los cielos si no es a través del Espíritu Santo. Jesús nos da su Espíritu Santo, que revela nuestros pecados y nuestras malas intenciones. Él derriba nuestro orgullo para que podamos inclinarnos y admitir que nosotros, pobres y miserables, somos culpables y perecemos ante la santidad de Dios, y parecemos inmundos en comparación con su pureza y la bondad de su majestad. Reconocemos nuestro egoísmo a la luz de su amor y nuestra mentira ante la verdad de su luz. Eres bienaventurado si el Espíritu de Dios ha revelado tus pecados, te ha llevado al sincero arrepentimiento y te ha curado de tu ceguera espiritual. Entonces, la puerta del cielo se abre de par en par para ti, porque solo un pecador arrepentido puede acercarse a Dios. El pecador arrepentido que se acerca al Señor no solo entra en el reino de los cielos, sino que también lo posee como su herencia eterna, ya que le pertenece para siempre. Es notable que Jesús eligiera a Sus discípulos únicamente entre los seguidores de Juan el Bautista. Habían confesado sus pecados y fueron bautizados en el río Jordán. Solo los quebrantados y arrepentidos pueden entrar en el Reino de Dios. La primera bienaventuranza es el paso indispensable hacia las riquezas de todas las demás bienaventuranzas. PREGUNTA:
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